México, 5 de enero 2017 (NOTIGODÍNEZ).- Un 36 por ciento del costo por cada litro de gasolina Magna que consumen los mexicanos, va a parar a las cuentas del régimen usurpador del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, vía los altos impuestos aprobados por sus cómplices en el «congreso». El resto se lo embolsan los particulares nacionales y extranjeros que ya instalan sus estaciones de servicio en nuestro territorio, desplazando a Petróleos Mexicanos (Pemex).
De acuerdo con el portal Debate, citando análisis difundidos en medios impresos, los mexicanos pagan impuestos por 5.83, 6.56 y 6.34 pesos por cada litro de gasolina Magna, Premium y diésel, respectivamente. Dichos montos corresponden sólo al IVA y al Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS), que se suman al precio de referencia determinado por la «secretaría de hacienda» (SHCP).
En el caso de la gasolina Magna, de mayor consumo entre la población, los mexicanos pagan, por cada litro, aproximadamente 2.15 pesos correspondientes al Impuesto al Valor Agregado. Por cuanto a las cuotas del IEPS de este año, a cada litro aplica un impuesto adicional de 3.67 pesos. Sumados, ambos gravámenes equivalen al 36.4 por ciento del precio promedio actual de la gasolina, 15.99 pesos por litro.
Sin dichos impuestos, el costo de la gasolina Magna sería de 10.16 pesos por litro, monto que subió debido al alza en los precios internacionales de referencia, según información de SHCP. Estos montos de referencia se calculan, a su vez, con base en los precios internacionales del petróleo, manipulados a capricho de las grandes trasnacionales del sector.
Para la gasolina Premium, el golpe por impuestos es de 37 por ciento, esto es, 2.4 pesos de IVA por cada litro y 4.16 pesos de IEPS. Se trata de un incremento de 6 por ciento respecto de lo cobrado por el régimen durante 2016.
El diésel igualmente sufre una carga tributaria de aproximadamente 37 por ciento.
Así, aunque los impuestos cobrados por el régimen usurpador son demasiado altos, los dueños de las gasolineras se llevan, como siempre, la mayor tajada del saqueo a los mexicanos a través de la gasolina.
Desde que se aprobó la miscelánea fiscal de 2016 con altos incrementos al IEPS aplicado a las combustibles, se alertó que la «liberalización» a los precios del mercado no garantizaría la disminución de los costos al consumidor final, dado que los empresarios no están dispuestos a sacrificar ni un centavo de sus cuantiosas ganancias.
Aunque países no petroleros como Noruega o Dinamarca tienen precios al público mucho más altos comparados con los precios de la gasolina en México, argumento usado por el régimen usurpador para defender sus «políticas» neoliberales, los trabajadores en esos países ganan 40 veces más que un trabajador mexicano con salario mínimo.
En tal sentido, la gasolina en México es la más cara del mundo y se espera que siga subiendo con los ajustes anunciados por el régimen usurpador a aplicarse en fechas próximas.
Con información de Debate