DPA
Río de Janeiro, Brasil. El líder de la red internacional de venta ilegal de entradas para el Mundial de Brasil 2014 es un miembro de la FIFA, asegura hoy el diario «O Estado de Sao Paulo».
El rotativo cita al comisario Fábio Barucke, responsable de las investigaciones, quien dijo al medio que el integrante de la FIFA que comanda el grupo es un hombre cuya voz está en las grabaciones de escuchas telefónicas en el marco de la operación denominada «Jules Rimet», en alusión al primer presidente del organismo rector.
Según Barucke, ese integrante de la FIFA está por encima del empresario argelino Mohamadou Lamine Fofana, de 57 años, vinculado desde hace años al fútbol mediante la prestación de servicios.
Lamine fue arrestado el miércoles junto a otros diez sospechosos de integrar la red ilegal, que según las primeras informaciones viene actuando desde hace cuatro Mundiales.
Al momento del arresto, el argelino, quien conducía vehículos acreditados por la FIFA y tenía libre acceso al hotel Copacabana Palace de Río de Janeiro, donde se hospedan los dirigentes de la entidad, fue apuntado como el comandante del grupo ilegal.
No obstante, el fiscal Marcos Kac, de la novena Fiscalía de Investigación Penal, que acompaña el caso junto a la policía, sostuvo que si bien Fofana «es un tipo fuerte» dentro del grupo, hay otros más fuertes.
«Él puede ser una ‘tainha’ (pequeño pez parecido con la sardina) pero no es una langosta. Tiene gente más poderosa que él», afirmó.
Según «O Estado», el abogado José Massih, quien también fue arrestado, aseguró que por encima de Lamine había un miembro de FIFA que fue el «brazo derecho» del argelino.
A través de un comunicado, la FIFA informó que aguardará las informaciones de la policía para analizar las entradas confiscadas e identificar su origen, y se manifestó dispuesta a colaborar con las investigaciones.
El miércoles, además de los 11 arrestos, la policía confiscó más de 100 boletos para el Mundial que habían sido reservados por la FIFA para sus patrocinadores, clientes de palcos VIPs y para miembros de comisiones técnicas de selecciones.
De ese total, diez estaban asignados a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Las sospechas involucran además a la Asociación de Futbol de Argentina (AFA) y a la Federación Española de Futbol (FEF).