Mónica Camacho
La Jornada
Las balas de goma sí pueden provocar que una persona pierda la vida, señaló Adolfo Karam Beltrán, ex subsecretario de Seguridad Pública de Puebla y ex delegado de la Procuraduría General de la República (PGR), quien afirmó que la administración estatal pasada decidió no hacer uso de ese tipo de proyectiles para dispersar manifestaciones por los riesgos que implica para la población.
Por tanto, dejó entrever que las balas de goma que actualmente emplean las fuerzas de seguridad de Puebla sí pueden ser letales.
En entrevista con La Jornada de Oriente (JO), el polémico ex funcionario que se vio implicado en la detención de Lydia Cacho evitó los pronunciamientos políticos sobre los hechos de violencia que se registraron en el operativo que desplegó la Policía Estatal para repeler una protesta en San Bernardino Chalchihuapan el 9 de julio –que tuvo como saldo 140 personas lesionadas, entre ellos 40 uniformados– y prefirió emitir una opinión técnica sobre el uso de la fuerza pública en las movilizaciones sociales.
No obstante, hizo votos para que se recupere la paz social del estado, al tiempo de referir que todas las personas que se manifiestan tienen una inconformidad que “los rebasa”, porque sienten que sus peticiones no son atendidas, debido a lo cual los policías deben tener la capacitación y el temple para intervenir en una manifestación sin perder el control.
Adolfo Karam (AK), licenciado en Derecho por la UNAM, maestro en Gobierno y Administración y que actualmente cursa el doctorado en Administración Pública, refirió que en los dos años que estuvo al frente de la subsecretaría de Seguridad Pública disolvió por lo menos cuatro protestas, en una de las cuales llegaron a participar más de mil personas, sin que hubiera ningún lesionado de gravedad.
Aseguró que eso fue posible gracias al diálogo, pues siempre contó “con el respaldo del gobierno para que hubiera negociadores que hablaran con los líderes de esos grupos, y lo que hacía la Policía era respaldar a esos negociadores para que en caso de que no hubiera un acuerdo se liberaran las vialidades con mucha firmeza”.
JO– ¿Cómo se logra actuar con firmeza sin llegar a la violencia? Pareciera que es una línea muy delgada.
AK– Es importante estar al frente de los elementos que diriges, porque el criterio de operación cuenta mucho, porque las órdenes que vas a dar son muy delicadas, y son decisiones que vas a tomar sobre la marcha; tienen que ser muy bien pensadas pero muy rápidas.
De las contusiones a las heridas de gravedad
El ex funcionario indicó que el operativo puede complicarse cuando los uniformados tienen que hacer frente “a un grupo enardecido que se torna violento”, pero aun así se trata de una situación controlable donde lo único que se puede permitir son contusiones como saldo, nunca heridas de gravedad.
“La violencia que puede generar el manifestante no pasa de palos y piedras que con el equipo de protección, un manejo adecuado del mismo y una estrategia de avance ordenada puedes contener; lo que no puedes permitir es que la autoridad sea agredida y difícilmente un ciudadano va a poder rebasar una intervención bien planeada”, explicó.
JO– ¿Qué herramientas utilizó para disolver protestas?
AK– Gas lacrimógeno y todo el equipo antimotín de los grupos de Policía especializados en el tema: casco con mica, escudos de policarbonato, chalecos antibalas, botas especiales con espinilleras, rodilleras y coderas.
JO– ¿Alguna vez se consideró la utilización de balas de goma?
AK– Nosotros no, el impacto puede generar daños a la gente; siempre usamos gas lacrimógeno para dispersar, nunca usamos balas de goma; no teníamos nosotros ese equipo y tampoco lo solicité porque no lo veo yo adecuado para disolver a grupos de manifestantes, pues un proyectil mal disparado sí puede hacer que una persona pierda la vida.
