México, 21 de diciembre 2018 (NOTIGODÍNEZ).- La diputada federal Tatiana Clouthier Carrillo, exvocera de campaña del hoy presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, criticó la propuesta de integración de la Guardia Nacional con cuerpos castrenses y bajo autoridad exclusiva de mandos militares, pese a que, como principal colaboradora del tabasqueño durante las campañas electorales, debía conocer dicha propuesta que el entonces candidato planteó por escrito en su Proyecto Alternativo de Nación 2018-2024.
Ayer jueves, durante una reunión entre los diputados y el asesor de Presidencia en materia de seguridad, Clouthier cuestionó duramente la propuesta de creación de la Guardia Nacional conformada por militares, sin autoridad civil y bajo el mando único del secretario de Defensa Nacional.
«Yo acudí a la presentación del programa de seguridad, que me encantó toda la parte que iba acompañada a atender los problemas de raíz que me parecen fundamentales, que me parece una estrategia muy integral, pero promueve la estrategia de paz con el Ejército cuando los números muestran lo contrario», denunció la también vicecoordinadora de la fracción del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Aunque las críticas de Clouthier parecen tener sentido y coinciden con las de diversas organizaciones civiles que se oponen a la creación de la Guardia Nacional, así planteada, porque implican la legalización de la militarización total del país, en realidad son incoherentes debido a que este planteamiento no es nuevo ni fue un secreto. López Obrador lo expuso claramente en su Proyecto Alternativo de Nación 2018-2024, presentado públicamente por el propio tabasqueño el 20 de noviembre de 2017. ¿O es que la hoy diputada no leyó ese proyecto que tanto promovió durante las campañas?
IV.2.4 Analizar la pertinencia de crear una Guardia Nacional
Se analiza la pertinencia de crear una Guardia Nacional con el apoyo de los 220,000 soldados y 30,000 marinos que en la actualidad permanecen organizados bajo el mando de oficiales del Ejército y de la Marina, en regiones, zonas, batallones y otros agrupamientos menores. Se trata de aprovechar el conocimiento, la disciplina de esta fuerza, así como todos sus recursos materiales (vehículos, cuarteles e instalaciones) con el propósito de garantizar la seguridad de los mexicanos y serenar al país.
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Retiro paulatino y programado del Ejército y la Marina
La seguridad pública es una responsabilidad del ámbito civil. No obstante, mientras todo lo anterior sucede, el Ejército y la Marina seguirán participando con su experiencia, con su disciplina y lealtad, y con su personal e instalaciones en el esfuerzo común para garantizarla. En una primera etapa, de manera directa y en una segunda, de manera indirecta, a través de la Guardia Nacional, una vez constituida. No vamos a dejar a su suerte a comunidades y pueblos que por el momento sólo están siendo protegidos por la presencia de las fuerzas militares. Su retiro de las calles será paulatino y de manera programada, previa preparación de fuerzas especiales de las diferentes policías estatales y federales para realizar las tareas que Ejército y Marina llevan hoy a cabo.
Opinión:
Sobre este tema, coincidimos plenamente con el camarada Comandante Haza, colaborador y amigo de NOTIGODÍNEZ, quien realizó en su momento un serio, certero y muy crítico análisis sobre el proyecto de nación del tabasqueño. En el rubro de la seguridad y concretamente en el asunto de la Guardia Nacional, Comandante Haza denunció que la ambivalencia de Morena sobre la militarización del país resulta absolutamente inmoral, ya que la propuesta de crear la Guardia Nacional con elementos castrenses va encaminada a legitimar dicha militarización, a la que Morena se opuso previamente cuando votó en contra de la «Ley de Seguridad Interior» del espuriato peñista. Nuestro compañero alertó desde entonces sobre la clara intención de engañar a la ciudadanía utilizando el concepto de «Guardia Nacional», cuando desde un principio se ha pretendido legalizar y legitimar la presencia del Ejército en las calles. El engaño y, peor aún, la «legalización» de la barbarie, se ha consumado.
Por otro lado, seguramente no faltará el imbécil descerebrado que, sin haber leído nuestra nota completa -incluyendo esta opinión-, se lanzará a acusarnos de «pejistas», «defensores de la secta» e idioteces similares, sólo basándose en el título y/o la foto de la nota. El primer pendejo que aparezca en tal sentido, será exhibido a continuación.