Jesús Guerrero
Reforma
Chilpancingo, México (31 agosto 2014).- El cura de Hueycantenango Armando Lagunas Román defraudó con una caja de ahorro «milagrosa» a fieles y hasta al Obispo de Chilpancingo-Chilapa.
La Procuraduría de Guerrero investiga al párroco y a los dueños de Productos Amor por fraude y abuso de confianza, pues ninguna de las miles de personas a las que engancharon han podido recuperar sus ahorros.
El sacerdote, como otros promotores, recibía una comisión de 10 por ciento de los ahorros de cada persona que lograran convencer para invertir en esa empresa, que empezó a operar en Guerrero en 2004, aunque tiene su sede en Boca del Río, Veracruz.
El grupo de abogados que lleva la acusación informó que, a través de la oficina que instaló en Hueycantenango, Lagunas logró captar a unas 3 mil personas, cuyos ahorros podrían ascender a 25 millones de pesos.
El Obispo Alejo Zavala Castro, quien depositó 60 mil pesos, no ha recuperado tampoco su dinero.
Los files acusan al religioso de haberlos enganchado para aportar sus ahorros, con la promesa de que meses después se les duplicaría su dinero.
En la averiguación previa DGAP/187/2013 se abrió un expediente con denuncias de alrededor de 20 mil personas a las que presuntamente afectó el empresario de Productos Amor, Teódulo Espinoza Aguilar.
Alejo Zavala Castro autorizó que esta empresa realizara sus operaciones entre los feligreses católicos y los sacerdotes de la región.
«Hay que entrarle porque esto va a beneficiar a la familia católica», dijo el Obispo a un grupo de sacerdotes cuando se enteró de las intenciones de esta empresa.
[Andaba de madreardiente promoviendo la estafa. Supuestamente «perdió» dinero. Más bien parece que se coludió para saquear a los imbéciles «creyentes»]
Incluso en Hueycatenango se instaló una oficina en el templo parroquial para que Lagunas Román pudiera captar más ahorradores.
El gancho que utilizaba el sacerdote para atraer a la gente es de que invirtiera una cantidad de dinero y, en un periodo de 15 meses, se les duplicaría el monto.
La compra de la tarjeta o «inversión» podría ser desde mil hasta un millón de pesos.
Por ejemplo, si alguien invertía un millón de pesos, 15 meses después recibiría 2 millones.
El Obispo reconoció que el sacerdote Lagunas colaboró con esta empresa pero que también éste fue defraudado, ya que invirtió parte de sus ahorros.
«Estamos en espera de los resultados de la investigación que ya lleva más de un año, pero confiamos en que pronto a la gente se le regrese su dinero», dijo Zavala Castro.
La defensa de los defraudados afirman que la empresa estaba funcionando bien hasta el 2008, ya que cumplía con entregar los ahorros a la gente; sin embargo, en 2009 comenzaron las denuncias de incumplimiento, principalmente en las zonas rurales, donde no existen sucursales, y en 2013 se interpuso la denuncia formal ante la Procuraduría estatal.
Los abogados afirman que han recibido amenazas telefónicas por parte de los empresarios.
La estrategia jurídica de los abogados es que la Procuraduría obligue a los empresarios a devolver a la gente el dinero que invirtió y que los investigue por fraude y abuso de confianza.
Los juristas contaron que desde el Gobierno de Zeferino Torreblanca alertaron sobre esta situación y, pese a eso, la Secretaría de Finanzas y Administración, nunca puso un freno a esta empresa ni a otras más que han defraudado con sus ahorros a miles de personas.
Los ahorradores afectados ya acudieron con las autoridades del Gobierno estatal para que, con una aportación económica, entre al Fideicomiso de Rescate de Pequeños Ahorradores que creó el Gobierno federal, a propuesta de la Cámara de Diputados.
«Estamos esperando que se integre la última denuncia al expediente de la averiguación previa para que, de manera formal, se haga la solicitud al Gobierno estatal y acepte entrar a este fideicomiso», dijo uno de los abogados.