De una vez que decreten una ley para ponerles una venda en los ojos cada vez que salgan a las calles. Así tampoco será necesario resolver los problemas de violencia, pobreza, represiones, fraudes, etc.
Redacción Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- El debate que sostienen desde hace rato legisladores, empresarios y organizaciones protectoras de animales sobre las corridas de toros en esta ciudad parece haber llegado a un punto intermedio: Prohibir el acceso a los menores de edad a la Plaza de Toros México.
Según Óscar Moguel Ballado, presidente de la Comisión de Normatividad Legislativa, Estudios y Prácticas Parlamentarias de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), existen coincidencias en el dictamen de decreto en el sentido de que esta medida ayudaría a eliminar la influencia negativa que este tipo de espectáculo genera en los menores.
Entre los argumentos para prohibir las corridas de toros, dijo, se cuenta su relación con actos de crueldad y tortura hasta la muerte de los animales.
El legislador del partido Movimiento Ciudadano (MC) recordó los argumentos de grupos de defensa de los derechos de los animales: Los toros son sometidos a 20 minutos continuos de severos maltratos de toreros y demás participantes en la actividad; a través los puyazos les destrozan las vértebras cervicales, las banderillas les perforan la piel y los músculos a cada movimiento y los estoques de 80 centímetros les deshacen los pulmones hasta que se ahogan con su propia sangre.
Aseguró que los animalistas describen este espectáculo como “dantesco” pues está basado en la tortura, el dolor y el ensañamiento con el toro. Con ello, agregó, se muestra un claro desprecio hacia los derechos de la fauna y se transmiten valores negativos a la sociedad, como el uso injustificado de la violencia, el disfrute con la tortura y el maltrato animal.
Por el lado de los empresarios, el diputado Moguel Ballado informó que la prohibición de las corridas de toros en el DF dejaría en el desamparo a más de 14 mil familias que dependen de ese espectáculo. Además, 56 empresas taurinas que generan cerca de 456 mil empleos temporales dejarían de operar.
Agregó que la suspensión definitiva de esta actividad afectaría a 278 ganaderías mexicanas de las que dependen cuatro mil empleos directos y cerca de 10 mil indirectos relacionados con las corridas en las más de 60 plazas taurinas del país.
Y es que la de las corridas de toros es una industria bien remunerada. De acuerdo con las cifras del legislador, cada año se celebran en el país más de mil 100 funciones en los que se invierten mil 200 millones de pesos para la compra de toros y 2 mil 400 millones más en industrias paralelas como transporte de ganado, producción y venta de objetos a partir de la res brava, exportación de ganado en pie e inseminación artificial hecha, fundamentalmente a Sudamérica.
El legislador del Movimiento Ciudadano consideró que las corridas de toros no deben ser prohibidas en el DF hasta que no se creen factores económicos indispensables para eliminar la tradicional actividad taurina.
Por último, comentó que históricamente en las cancelaciones y autorizaciones de las corridas ha prevalecido el interés de quienes ostentan el poder político sin importar los puntos de vista de la sociedad en general.
Por ejemplo, la primera prohibición de esta actividad, dijo, fue el 7 de diciembre de 1867, cuyo decreto estuvo vigente 19 años y 10 días. La segunda fue en 1917 y sólo duró tres años.