Desde hace 9 meses, damnificados de Malinaltepec viven a la orilla de la carretera… esperando las casas que EPN les prometió

Una sola vez ha ido el gobernador, se quejan refugiados.

ARTURO DE DIOS PALMA
La Jornada

Malinaltepec, 7 de julio. Damnificados de la comunidad Unión de las Peras, Malinaltepec, continúan refugiados en el campamento instalado al borde de la carretera, en espera de que el «gobierno» federal [PRI] les construya las 124 viviendas que les prometió.

La tormenta Manuel estuvo en Guerrero los días 13, 14 y 15 de septiembre. De eso han transcurrido nueve meses con tres semanas. Lo que causó el meteoro en gran parte de la geografía del estado es historia conocida: miles de damnificados, otros miles más en refugiados improvisados, más las cuantiosas perdidas materiales.

Pero la tormenta sigue para los damnificados de la comunidad Unión de las Peras, donde dañó 120 casas.

Continúan como cuando llegaron el primer día. Los 495 pobladores de esta comunidad, entre niños, mujeres y ancianos, viven en casas construidas de láminas de aluminio o de cartón, con piso de tierra. Estos sitios, ante cualquier otra contingencia, resultan vulnerables. Todas estas viviendas las han construido en gran parte con su propio recurso. También construyeron su comisaría, la primaria y el prescolar, que en realidad son toldos de lona.

Y para que se ubiquen en lo que será su nueva comunidad falta mucho. Los avances son muy pocos. El gobernador Ángel Aguirre Rivero, en su única visita que les ha hecho, les prometió ayuda para la adquisición de un terreno donde fueran reubicados. Desde aquel noviembre, Aguirre Rivero no se ha vuelto a ir a parar.

El problema más grande, dice el comisario municipal de Unión de las Peras, Abel Bruno, es el terreno para la reconstrucción.

Hace dos meses, recuerda, acudió Nubia Mayorga, titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), junto con Javier Guerrero y el asesor del gobernador, Ernesto Aguirre, quienes nuevamente se comprometieron a comprar el terreno, pero aún no hay nada definitivo. “Tenemos trato con una señora, pero dice que el gobierno no le ha cubierto nada”, lamenta Abel Bruno.

Por ahora, una empresa constructora trabaja en la edificación de 70 viviendas que no pasan de los 24 metros cuadrados. Pero el gobierno federal les prometió que serían 124.

Sobre las construcciones, la comunidad no está satisfecha; para el comisario las nuevas casas son de tan mala calidad que cuando llueve el agua se filtra “porque son de tabicón ligero”.

En esta temporada de lluvias en la región de La Montaña, el agua no deja de caer. A las 3 de la tarde, la niebla tapa los cerros y la lluvia comienza. Pero estos pobladores tienen muy pocas opciones: el terreno donde están, pegados a la carretera, la dueña lo está solicitando, y a su pueblo pueden ir porque el Cenapred lo declaró inhabitable.

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