EL «CONGRESO» INVISIBLE

La Jornada

Luego de que incluso altos ejecutivos de corporativos petroleros han protestado e interpuesto demandas legales al enterarse de que su empresa lleva a cabo técnicas de fracturación hidráulica (fracking) para obtener el gas natural atrapado en pizarra a miles de metros de profundidad, algún funcionario de Pemex ha tenido la caradura de decir que lo que se publica sobre la controvertida técnica es falso y que es punto menos que inocua. No hay mucho que dilucidar; el hombre es de una abyección mayúscula, o no tiene la menor idea de lo que dice. Si lo hace por consigna o en un arrebato de discutible lucidez es irrelevante. El funcionario no tiene idea de lo que habla o no le importa tenerla… o deliberadamente no la tiene. Es parte del velo con el que las autoridades ocultan las consecuencias de las decisiones de una cáfila de administradores y autonombrados políticos que en escaso año y medio han validado la más grande marcha atrás de la historia del país en el último siglo. Salvo por los magnicidios, ni el intento de restauración porfiriana del dipsómano Huerta es un retroceso tan grande como el que una clase política bastarda hace del país. La fracturación hidráulica es una técnica relativamente reciente, pero hay estimados que en 2010 alrededor de 60% de los pozos de extracción hacían uso de ella. Ha sido de sobra probado la peligrosidad y envenenamiento que hace de la tierra y mantos freáticos. Una búsqueda simple con cualquier navegador remite a miles de documentos y videos de las consecuencias de utilizarla.

Pero administradores políticos y la burocracia técnica gubernamental son omisos en informar no sólo a la sociedad sino al propio Congreso estatal que parece se ve obligado a rogar se les provea de la información que solicita. Como es hábito consolidado en el sistema mexicano de convivencia, los tomadores de decisiones y administradores ocultan al público lo que hacen y deciden. Y todas, o punto menos, las fuerzas políticas parecen no tener problema con eso. Complicidad, le llaman.

En efecto, unas de las consecuencias del fracking es el aumento de sismicidad perceptible en las zonas donde se realiza.

A los diputados les parece importante que Pemex informe si hace o no uso de dicha tecnología. Vaya. Enhorabuena.

Cabe preguntarse porqué el Congreso que está supuesto a representar los intereses de los gobernados no ha hecho el escándalo que supone debería hacer por ocultarles información. ¿Qué piensan los diputados estatales respecto a su autoridad?

¿O es que medran y especulan propiciatorios para efectos de garantizarse un futuro dentro de un sistema al que le faltan cada vez más pilares de sustentación suficientes?

Fuente

NOTIGODÍNEZ EN REDES SOCIALES

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