El criminal Grupo México (Pasta de Conchos) tiene con EPN más privilegios, riqueza y puerta abierta al saqueo impune

Carlos Fernández-Vega
La Jornada

A finales de octubre pasado el impune barón de la minería Germán Larrea, dueño de Grupo México (el de Pasta de Conchos), amenazó con dejar de invertir” en el país y “redirigir” sus dineros a terceras naciones si el gobierno y el Congreso decidían cobrar un nuevo derecho (7.5 por ciento) a la extracción minera. Y lo avalaron, pero el chantajista empresario marca Forbes lejos de retirar sus dineros, obtuvo, como ya es costumbre, más concesiones y privilegios, entre ellos el acceso pleno a petróleo y gas.

Por aquellos ayeres en este espacio se comentó que la política del chantaje practicada por Larrea (cuya fortuna se ha construido con base en los bienes de la nación y los privilegios fiscales) funcionó a la perfección en los gobiernos panistas de Fox y Calderón, de los que obtuvo absolutamente todo (comenzando por la impunidad), y se planteaba la posibilidad de que lo mismo sucediera en los “nuevos” tiempos de Enrique Peña Nieto, quien se “comprometía” a combatir a monopolios y duopolios.

Pues bien, hasta la duda ofende, porque en efecto, con el nuevo inquilino de Los Pinos la historia no hace más que repetirse, y el chantajista empresario no sólo goza de cabal impunidad (como el resto de los barones Forbes; favor de preguntar a Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego, por ejemplo), sino de más filones de riqueza y depredación ecológica que, según dijo, despreciaría por el citado cobro.

Más allá de que Los Pinos y el Congreso le garantizaron más riqueza mediante la “reforma” energética, Germán Larrea y su depredador Grupo México siguen con su proyecto en la mina Los Arcos (ubicada en el municipio de Ensenada, Baja California, muy cerca del paralelo 28 limítrofe con el estado de Baja California Sur), con un potencial de mil millones de toneladas de cobre, que la ubicaría como la quinta en tamaño del mundo, sólo por atrás de las chilenas Escondida, Chuquicamata y El Teniente, y de Cananea en Sonora, del propio barón, como lo documenta el colega Tulio Ortiz Uribe, quien aporta la siguiente información para constatar cómo funciona la citada política del chantaje.

Detalla el colega que para que una mina produzca necesita agua, y El Arco está en pleno desierto bajacaliforniano. Pero el empresario de marras es tan influyente, que las autoridades federales le crearon un acuífero a modo en 2009, todo con el riesgo de dejar sin agua, mediante la ley del popote, a los agricultores, las cooperativas pesqueras y los pobladores del Valle de Vizcaíno en Baja California Sur. “El acuífero de Vizcaíno es un estrato interestatal, ya que se extiende más al norte del paralelo 28, que divide a los dos estados peninsulares. Pero en un hecho insólito, el diligente panista José Luis Luege Tamargo, director de la Comisión Nacional del Agua durante el calderonato, lo dividió en dos mediante ‘acuerdo’ publicado en el Diario Oficial de la Federación del 28 de agosto de 2009. A la porción de manto que queda bajo las tierras que adquirió Larrea para su mina El Arco, la denominó “Llanos del Berrendo”.

Aun así, era necesario dar a Larrea “certeza jurídica”, por lo cual “los títulos y otros actos de autoridad que se emitan” los expedirá la Conagua “conforme a la denominación y disponibilidad de dichos acuíferos…” Así, el empleado de Calderón emitió un nuevo “acuerdo”, este del 14 de diciembre de 2011, donde “se da a conocer el resultado de los estudios de disponibilidad media anual de las aguas subterráneas de 142 acuíferos”.

Y, “¡oh sorpresa!”, subraya Ortiz Uribe, “Llanos del Berrendo aparece con una disponibilidad de agua de 9.66 millones de metros cúbicos anuales, casualmente muy similar a la cantidad que el señor Larrea solicitó oficialmente en concesión: 9.46 millones de metros cúbicos, mediante la perforación de 12 pozos. La reacción llegó pronto. El Comité Técnico de Aguas Subterráneas del Acuífero del Valle de Vizcaíno, organismo de los productores agropecuarios y de la sociedad civil, declaró que el acuífero Llanos del Berrendo ‘no existe para el Comité ni para los pobladores y productores de la región: es un invento espurio y corrupto hecho por la Conagua a la medida de la compañía minera, con absoluta parcialidad para que esa empresa lleve a cabo su megaproyecto minero…”

Y sigue: “de un plumazo de escritorio, la Conagua convirtió un acuífero interestatal en dos (donde) por arte de magia, del paralelo 28 hacia el sur, ya no hay disponibilidad de agua, y del paralelo 28 hacia el norte, hay tal cantidad que la empresa minera puede explotar anualmente 9.66 millones de metros cúbicos, como si los acuíferos fueran divisibles por líneas imaginarias”.

¿Cuál fue el siguiente paso de la Conagua para terminar de “construir” las condiciones jurídicas y técnicas a modo para otorgar la concesión a la empresa de Larrea? “Contrató con el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (un ente con nula experiencia en estudios hidrogeológicos) la elaboración de un modelo matemático que, entre otros escenarios simulará la extracción de acuerdo con una solicitud de colocar una batería de pozos en el arroyo San Luis, en el acuífero de Llanos del Berrendo, para explotar… un volumen global de 9.6 millones de m3… sin que se generen afectaciones a terceros.” (Convenio SGT-OCPBC-BC-13-GAS-002).

El Comité Vizcaíno advierte que ese “análisis” es totalmente irrelevante, pues “la respuesta no requiere un estudio, porque es obvia: si los acuíferos Llanos del Berrendo y Vizcaíno son una misma unidad hidrogeológica, interconectada en el subsuelo, por supuesto que la explotación de 9.66 millones de metros cúbicos de agua del acuífero Llanos del Berrendo nos afectará negativamente” y pone en riesgo la producción agropecuaria más importante de Baja California Sur. “La mina de Grupo México durará 20, tal vez 50 años, pero a nosotros y a nuestra generaciones futuras nos desgraciará la vida mucho, pero mucho más tiempo. Los pobladores del Valle de Vizcaíno no dejaremos que esto suceda, vamos a luchar muy duro por nuestro ambiente, nuestra agua, nuestra supervivencia y nuestras familias”.

La Conagua, pues, “se ha esforzado en confeccionar un traje a la medida a Germán Larrea, un empresario que mueve los hilos del poder con su enorme fortuna, dinero que ha amasado con privilegios fiscales, salarios de hambre y explotando irracionalmente los bienes de la nación”.

Las rebanadas del pastel

He allí una muestra de cómo funciona la política del chantaje de Germán Larrea y su Grupo México, que alguna gra$ia deben tener para que la autoridad $iempre les haga ca$o y, también, de cómo el «gobierno» “combate” a monopolios y duopolios, y no sólo al de la tele.

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