Redacción Proceso
MÉXICO, D.F., (proceso.com.mx).- El investigador Jesús Silva-Herzog Márquez aseveró que el director del Fondo de Cultura Económica (FCE), José Carreño Carlón, atropelló la misión del organismo al organizar un programa a modo para promover al presidente Enrique Peña Nieto.
En respuesta a las críticas que expresó Carreño Carlón por su artículo publicado el lunes pasado en el periódico “Reforma”, el investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México escribió:
“Dice José Carreño que no entrevistó al presidente de la República en su calidad de director del Fondo de Cultura Económica. ¿Qué puede agregarse a esto? El director de una institución pública participa en un evento público para celebrar el aniversario de la institución que dirige pero… ¡no actúa en ese evento en su carácter de director de la institución! Que el director del Fondo de Cultura Económica pretenda esconder su carácter de funcionario público en la entrevista colectiva en la que actúa como moderador y convocante es precisamente la raíz del problema de corrupción que denuncio: usar una institución pública para fines que le son evidentemente ajenos”.
Silva-Herzog Márquez acusó el lunes a Carreño Carlón, quien también fuera vocero de Carlos Salinas de Gortari, de convertir al FCE en “una plataforma publicitaria de la presidencia” en referencia al programa televisivo “Conversaciones a fondo”, transmitido la semana pasada.
“No veo, por tanto, cómo el gobierno ‘atropelle’ a una institución como el Fondo con el programa Conversaciones a fondo, ni cómo éste haya constituido, ‘estrictamente, una violación de su Estatuto Orgánico’, ni que se le haya dado a la casa editorial trato de órgano periodístico o de ‘plataforma publicitaria de la Presidencia’”, escribió Carreño Carlón en una carta enviada al periódico Reforma.
Hoy, el investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México reviró al director del FCE:
“Pregunto: ¿la entrevista promovió la creación, edición o publicación de obras científicas, artísticas, educativas o literarias de algún escritor? ¿Sirvió para editar libros, revistas o folletos? ¿Facilitó la compra, la venta, la distribución de libros? ¿Ayudó a distribuir mejor sus ediciones? ¿Permitió la exportación o la importación de libros? ¿Difundió descubrimientos científicos? La entrevista, propia de una agencia de relaciones públicas o de una entidad periodística, fue por eso un claro atropello a la misión cultural del Fondo de Cultura Económica.
“Hay muchas críticas que hacer a la entrevista desde el punto de vista periodístico. La más importante es de orden jurídico y ético. Un funcionario público conduciendo la entrevista a su jefe en el momento en que emprende una campaña de promoción política. Se nos invitó a presenciar la penosa sumisión política de un órgano público de cultura. La entrevista constituyó un atropello al Fondo de Cultura por tres razones: 1) Puso a una editorial pública al servicio de la Presidencia; 2) acotó el intercambio a los temas políticamente convenientes a la Presidencia y 3) faltó al deber elemental de un editor: seleccionar las voces pertinentes a la conversación pública”.