Empresas se enriquecen mundialmente con 150 mmdd anuales explotando a mujeres y niñas

Ginebra, Suiza (20 mayo 2014).- Las ganancias ilegales provenientes del trabajo forzoso ascienden a 150 mil millones de dólares anuales a nivel mundial, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En su informe «Ganancias y Pobreza: Aspectos Económicos del Trabajo Forzoso», detalla que 12 mil millones de dólares se generan en América Latina.

El organismo laboral de Naciones Unidas estima que este flagelo afecta a cerca de 21 millones de personas alrededor del mundo

«El trabajo forzoso es nocivo para las empresas y para el desarrollo, pero sobre todo para sus víctimas. Este informe añade un nuevo carácter de urgencia a nuestros esfuerzos para erradicar cuanto antes esta práctica altamente rentable pero fundamentalmente nefasta», declaró el director general de la OIT, Guy Ryder.

La Organización calcula que es en Asia-Pacífico en donde se concentran la mayoría de los trabajadores forzosos (56 por ciento). Y en las economías avanzadas y la Unión Europea 1.5 millones de personas estarían realizando este tipo de trabajo (poco más de 7 por ciento).

Según la OIT, dos terceras partes de las ganancias globales (99 mil millones de dólares), provienen de la explotación sexual comercial, mientras que 51 mil millones de la explotación forzosa con fines económicos, que abarca el trabajo doméstico, la agricultura y otras actividades económicas.

La explotación sexual se presenta más en Asia, por el gran número de víctimas; sin embargo, los beneficios anuales por víctima son más elevados en las economías avanzadas y la Unión Europea (80 mil dólares al año) y en Oriente próximo (55 mil dólares al año), por el elevado precio medio de las relaciones.

Por su parte, la repartición de las ganancias generadas por la explotación forzosa con fines económicos es de 34 mil millones de dólares en la construcción, la industria, la minería y los servicios; de 9 mil millones de dólares en la agricultura, incluyendo la silvicultura y la pesca; y 8 mil millones de dólares ahorrados por los hogares privados que o no pagan o pagan menos de lo debido a los trabajadores domésticos.

La OIT destacó que más de la mitad de las víctimas son mujeres y niñas, principalmente en la explotación sexual comercial y el trabajo doméstico, mientras que los hombres y los niños son víctimas de la explotación económica en la agricultura, la construcción y la minería.

El informe identifica como los principales factores que empujan a los individuos hacia el trabajo forzoso las crisis de los ingresos y la pobreza, así como la falta de educación, el analfabetismo, el género y las migraciones.

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