Francisco Castellanos J.
La Jornada
APATZINGÁN, Mich., (apro).- Por segundo día consecutivo, exintegrantes del grupo G250 de la Fuerza Rural de Michoacán mantienen bajo su resguardo la sede del palacio municipal de esta ciudad.
Y reiteraron su petición al presidente Enrique Peña Nieto para que los apoye en su tarea de capturar al líder de templarios, Servando Gómez, La Tuta, entre otros cabecillas.
A cambio, ofrecieron devolver sus armas de cargo y restablecer el diálogo y la coordinación con las fuerzas federales.
El grupo especial quedó disuelto el pasado 15 de diciembre por órdenes del comisionado federal, Alfredo Castillo. A pesar de ello no todos han devuelto las armas.
Nicolás Sierra Santana, exintegrantes de esa fuerza especial, advirtió:
“Los autodefensas de todos los municipios estamos dispuestos a seguirnos coordinando con los gobiernos federal y estatal, porque hicimos un excelente papel al terminar con los secuestros, levantones y cobro de piso en los municipios donde trabajamos de forma conjunta, y porque solos no vamos a poder con el paquete de combatir a los Caballeros Templarios”.
Y aunque no aclaró si el comisionado Alfredo Castillo, sigue siendo un interlocutor válido para los expolicías estatales que se han vuelto a autoproclamar como policías comunitarios, Sierra Santana pidió a Peña Nieto que “nos mande a su gente para que vea la realidad del estado, y nos refuercen porque no podemos combatir a los templarios ya que muchos traen la camisa de rurales”.
A pesar de que el gobernador Salvador Jara Guerrero amagó con pedir apoyo a las fuerzas federales para recuperar la sede municipal, los exrurales mantienen el control y no permitir ninguna actividad laboral.
Es más, advirtieron que permanecer ahí hasta que las autoridades detengan a los responsables del homicidio del hijo de Hipólito Mora, fundador del movimiento armado, y a La Tuta, único líder vivo de los Caballeros Templarios, así como a sus colaboradores más cercanos.