«La Tuta» grabó a senadores, diputados, ediles y «gobernadores»; sabe perfectamente que los tiene controlados

Redacción / Sinembargo



Ciudad de México, 11 de agosto (SinEmbargo).- El párroco de Apatzingán, Michoacán, Gregorio López Jerónimo, conocido como el Padre Goyo, afirmó que el líder de Los Caballeros Templarios, Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”, tiene amenazados a políticos de todos lo niveles “porque tiene videos y evidencia de su corrupción y colusión dentro del crimen”.

“Senadores, diputados, presidentes municipales, todos los niveles, [son] gente que tiene deuda con ellos, no pueden darle la espalda, no pueden traicionar a quien le dio de comer, no pueden morder la mano del amo. Él sabe que los tiene controlados en el puño, por tanto le andan dando protección a un criminal”, denunció López Jerónimo en un video publicado a través de la cuenta de Facebook Valor por Michoacán.

En la grabación, el sacerdote dice que los Caballeros Templarios se están reorganizando y advirtió que al interior de las autodefensas hay cárteles operando. ”Los templarios no se han apagado, están más bien reorganizándose. Tenemos el otro problema de cárteles que están reorganizándose dentro de las autodefensas”, afirmó.

El prelado mexicano dijo que el pueblo no se ha levantado porque tiene la esperanza de que la estrategia de seguridad implementada por el gobierno federal dé resultados. Sin embargo, refirió que la Policía Federal está coludida con el crimen organizado.

“La Policía Federal está bien coludida con los criminales. Es más le llaman jefes a los propios delincuentes. La seguridad en Apatzingán que está en manos de la Policía Federal, está en manos de los templarios perdonados y está en riesgo todo ciudadano. Hoy hay más peligro porque los criminales ya traen charola […] están matando a mucha gente, están desapareciendo a mucha gente. Tenemos varios secuestrados en este momento, siguen pagando cuota”, detalló el párroco.

Gregorio López ha sido crítico con la estrategia que el gobierno federal ha implementado en Michoacán. A principios de año, el sacerdote acusó al Ejército por tener vínculos con el Crimen Organizado y al gobierno estatal de encubrir criminales. Además denunció al ex Alcalde de Apatzingán, hoy preso, de solapar a miembros de la delincuencia.

El sacerdote reveló, tras el ingreso del Ejército, la Marina y la Policía Federal a Apatzingán el 14 de enero, que Nazario Moreno, entonces dado por muerto, y Servando Gómez Martínez, los máximos líderes de Los Caballeros Templarios, comieron en un rancho llamado “La Cucha”, cerca de Apatzingán, Michoacán, justo el día en que llegó el grueso de las fuerzas federales a Tierra Caliente para combatir al crimen organizado.

“Nazario Moreno ayer comió con ‘La Tuta’ [Servando Gómez Martínez] en un rancho que se llama La Cucha, aquí a unos kilómetros de Apatzingán, y el gobierno lo sabía. Pero había que enfocar, focalizar la mirada en Fausto Vallejo [Gobernador de Michoacán], ese decrépito que vino a visitarnos cuando los jefes más nocivos de la reunión estaban reunidos allá, tal vez hasta con seguridad del gobierno mismo, de la XXI Zona Militar, que recibe nómina de Los Templarios”, aseguró en su momento el Padre Goyo.

Días después de sus revelaciones, el vicario de Apatzingán, sufrió un atentado, sin embargo el hecho fue frustrado por la intervención de agentes de la Policía Federal (PF) que abatieron a los cinco hombres que intentaron asesinarlo, según dijo.

De acuerdo con la versión del sacerdote, cinco hombres armados ingresaron a la catedral de la Inmaculada Concepción de Apatzingán, cerca del mediodía, pero fue alertado a tiempo, por lo que dio aviso a elementos de la Policía Federal que estaban cerca del lugar e intervinieron y abatieron a sus agresores.

Luego del incidente, el Padre Goyo convocó a una concentración masiva en el centro de la ciudad de Apatzingán, frente a Palacio Municipal, donde señaló que la Iglesia no podía seguir hablando a un pueblo de Dios cuando están matando a sus fieles. Y aseguró que él mismo no podía continuar hablando de Dios cuando ahí apestaba muerte.

La estrategia de enviar fuerzas federales a Apatzingán, Michoacán, es “una farsa, un teatro” porque incluso los elementos de la Policía Federal reciben su nómina del crimen organizado y el «gobierno» federal y estatal lo saben, afirmó Gregorio López.

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