México está en crisis porque no existe la ética y los derechos humanos son sólo discurso institucional, lamenta filósofo

Norma Trujillo Báez
La Jornada

La sociedad está en crisis porque no hay ética y los derechos humanos se han institucionalizado, “está bien que se reconozcan pero que lo dicho se viva de hecho, si no sólo nos quedamos en algo que está encubriendo, puede encubrir muchas cosas, pueden los derechos humanos incluso ser ideológicos”, sostuvo el filósofo español Tomás Domingo Moratalla, durante su vista a la capital del estado, quien consideró que en Europa, Latinoamerica y México, en esta crisis, los políticos se quedan apenas como profesionales de la política y ni siquiera ejercen bien su profesión, únicamente buscan hacer una carrera.

Domingo Moratalla es especialista en Antropología, Filosofía de la Cultura y Filosofía de la Religión y Ética; se dedica a la Filosofía Contemporánea, en la línea de la Fenomenología y Hermenéutica, en especial en Ortega y Gasset y Paul Ricoeur, así como autor de varios libros, entre ellos Bioética narrativa.

“Estamos ante una etapa difícil, de descomposición y crisis compleja, hay que plantearla a nivel internacional y nacional, y luego a nivel local. Lo que hay que hacer es buscar formas de actuación, hay que buscar las formas de articular, de ofrecer el sentido, buscar herramientas sobre cuáles son justificables para hacer plantear cuál es la situación de crisis”, dijo en entrevista el filósofo.

—¿La carencia de ética ha dado como resultado esta descomposición?

—Es una crisis compleja en diferentes ámbitos, desde el punto de vista de la ética, y lo que nos falta es una ética y una determinada forma de entenderla, que sería una ética de la responsabilidad, lo que pienso es que tiene que haber mayor responsabilidad por parte de todas instituciones y a nivel individual para constituir un espacio común que realmente sea humano.

Lo de la ética si tiene mucho que ver, debe tener su cabida, si nosotros queremos hacer algo para que esta sociedad se recomponga, responda a la crisis de violencia de sobrecorrupción en Europa y América y pasa por reinvindicar la responsabilidad, la crítica, el compromiso y el compromiso personal de todos. Nosotros hacemos la sociedad, las instituciones, y debemos implicarnos de alguna manera, los filósofos, los que damos conferencias, tenemos una tarea educativa, educar a las personas a este compromiso de lo que viven —sostuvo.

—¿Cómo llegar a esa responsabilidad, en una sociedad como la actual y en las condiciones que se encuentra?

—A esa responsabilidad tenemos que llegar desde cómo se puede y cómo se pueda, de diferentes niveles, de diferentes planos, un plano fundamental que nunca puede ser olvidado y es el plano educativo básico, desde la primaria que se responsabilicen de lo que hacen, de lo que sienten, de lo que viven, la convivencia con otros, me parece que es el momento clave y sí ahí falla, va a fallar todo el sistema, es un momento que tiene que ser muy cuidado desde instituciones por partidos políticos a nivel nacional e internacional.

Tendría que haber una educación en la responsabilidad, una educación para la ciudadanía, una ciudadanía responsable que cuente con las personas, que no sea una educación para la ciudadanía general, abstracta de normas, de principios, que se tenga en cuenta la vida. La educación es fundamental, luego también los diferentes niveles profesionales en donde nos movemos, los comités de ética, comités de bioética, una instancia de reflexión. Responsabilidad también es momento de autocrítica, de reflexión, por parte también de los medios de comunicación, también hay una responsabilidad de informar, de planteamientos críticos, de ayudar a plantear a la gente las cosas de otra manera, a desarrollar un planteamiento crítico y no conformista.

—Ya hablaba de la responsabilidad como un eje para replantearnos la ética, ¿qué otros elementos habría?, ¿Se podría desde alguna política pública?.

—Claro, yo creo que sería perfecto que un determinado gobierno o partido político dijera vamos a implementar en centros educativos una asignatura que trate de valores, de responsabilidad […] hacen oídos sordos porque están en su mundo, están en su política, pero se olvidan del sentido, que el objetivo es crear ese espacio público, de ese desarrollo de la vida comunitaria, se olvidan, no lo aceptan, son muy reacios, pero estas cuestiones no son fundamentales para atender a esa gente que ha votado por ellos.

—Ha habido reformas en torno a los derechos humanos, ¿éstos se han introducido pero se ha dejado de lado la responsabilidad?

—Muchas veces a nivel social, institucional , universitario, incluso un médico se piensa que porque ya hemos inscrito nuestros códigos ontológicos vamos a respetar los derechos humanos, este es el nivel normativo, está muy bien, tiene que ser recogido, pero no es a nivel cotidiano, con la ética se lleva a cabo de verdad en el ejercicio, no meramente en palabras, ese es un momento y está bien que las instituciones la reconozcan, pero tiene que haber un interés por su parte, que eso que aparece dicho se viva, si no sólo nos quedamos en algo que está encubriendo, los derechos humanos.

—¿Qué significa educar en derechos humanos? Los países los firman, las instituciones los firman, ¿pero realmente se vive? Un profesor, un médico está respetando a un humano, está respetando los derechos, cuando se trata de compartir, de ayudar, y entonces puede quedar en algo meramente ideológico.

—Soy muy cauto respecto a los derechos humanos, son importantes y fundamentales, pero vamos a ver cómo se llevan a la práctica y por ahí insisto en una tarea de educación en todos los niveles.

—Usted ha dicho que los gobiernos no son susceptibles de lo que pasa en la sociedad, entonces, ¿los políticos qué papel juegan en esta crisis?

—Los políticos muchas veces quedan en un nivel de profesionales de la política que ni siquiera ejercen su profesión, son políticos en Europa y yo creo que en Latinoamérica y en México, y empleando una expresión de Max Weber, “los políticos que viven de la política pero no para la política”, buscan hacer una carrera política pero no viven de cara al fin de lo político y el fin de lo político es la creación del espacio público para el desarrollo de las personas. Muchas veces se olvida el fin de la política, los políticos lo ven como mero medio para mantenerse en el poder, para llevar a cabo proyectos y se olvidan de la política, nos quedamos en la forma y se pierde el sentido de la política que es la ciudadanía.

La palabra clave es ciudadanía y el político nunca debe perder de vista. Pero se está perdiendo y es una de las cuestiones de la descomposición de la sociedad, ahí también está el momento crítico de la educación— manifestó Domingo Moratalla.

También dijo que en esta crisis las iglesias son un mundo que tiene que ser asumido, que tiene que ser escuchado, una perspectiva más en este espacio común de deliberación y de diferentes puntos de vista, y la iglesia por su nivel de creencias es básica y no es la única perspectiva, pero debe ser tomada en cuenta, ser oída, tiene que ser articulada, se trata de crear un espacio público común, de encuentro, si es que se quieren hacer cambios en la sociedad.

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