Negar la problemática del crimen organizado, como hace México, no sirve… en especial cuando los criminales «gobiernan»

Marco Antonio Martínez
Sinembargo

Ciudad de México, 13 de mayo. (SinEmbargo).– México tiene un problema de delincuencia organizada, y en cuanto acepte que lo tiene y reconozca sus repercusiones, podrá comenzar a combatirlo mejor, considera el analista italiano Stefano Fumarulo, de la organización antimafia Red Libera.

“En Italia hemos empezado a avanzar seriamente en el tema de la lucha contra la delincuencia organizada, en la lucha social y ciudadana empujando al Estado para hacer lo mismo cuando empezamos a decir: ‘sí, tenemos a la mafia, a la delincuencia organizada’. Minimizar el tamaño no sirve de nada y empeora las cosas”, dijo.

Aseguró que hay varios aspectos de la situación mexicana que preocupan a Europa y que aquí parecen ser menores, según la experiencia que tuvo, luego de participar en la Semana de la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, organizada por la Secretaría de Gobernación (Segob) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la semana pasada.

“Un tema que ven con preocupación [en Europa] es que no haya decisión política para legislar la reutilización social de lo que se le incauta a la delincuencia organizada; otro tema es que se deja solas a las víctimas de parte del Estado, que no haya intenciones de una reparación civil del daño y de financiar la protección de víctimas con los bienes decomisados”, expuso.

Además, dijo, les preocupan el acceso a la justicia de parte de las víctimas y sus familiares.

“Hemos conocido a familiares cuyo común denominador es la falta de acceso a la justicia y si denuncian, les pasa como a Nepomuceno Moreno [quien formaba parte del Movimiento por la Paz y la Dignidad, y denunció la detención ilegal y desaparición de su hijo, y fue asesinado]”.

Recordó que el año pasado el gobierno federal se comprometió a publicar las listas de los desaparecidos, y se preguntó: “¿Hay casos de desaparecidos encontrados?”.

Les preocupa también que “haya pedazos de México donde desaparecen personas y nadie hace nada y que desaparezcan en un estado y sus familiares vivan en otro y no tengan recursos para investigar, entonces el expediente se muere”.

El tema de los expedientes es otro de los pendientes mexicanos. Lo vio cuando estuvo en Ciudad Juárez, Chihuahua, en el año 2009, y tuvo la oportunidad de observar 500 expedientes. Notó que había casos de feminicidios, sin las fotos de las mujeres. Detectó un nivel de corrupción inmenso, con una falta de capacitación que no había visto en otros lugares.

Fumarulo consideró que también sería útil que ciertas clases de homicidios, como los feminicidios o los de las organizaciones criminales, debieran ser categorizados como federales, para evitar que las policías locales, a veces involucradas, empantanen las investigaciones.

Otro tema que desde Europa les es alarmante, es el riesgo con el que los periodistas desempeñan sus actividades en México.

“Los periodistas preocupan a Europa, el número de desaparecidos y desplazados es vergonzoso. Decir que se defienden los derechos de periodistas es una broma muy mala”, ironizó.

Matar o callar a la prensa es de los delitos más graves que un Estado puede permitir que se haga, asegura. En ese sentido compara a México con Afganistán, Irak y Somalia.

Sobre la presencia de grupos del crimen organizado mexicano en el mundo, dijo que tanto el Cártel de Sinaloa como los Zetas tienen alianzas con grupos europeos. Un ejemplo es la ‘Ndrangheta, que estableció una alianza con los segundos y entre sus acciones descubiertas el año pasado estuvo la introducción de droga a través de perros, que eran sacrificados para extraérsela.

Con el descubrimiento llegó la detención de 75 latinoamericanos, noticia que fue reportada por diversos medios.

PROBLEMA GLOBAL

Fumarulo, quien es el responsable de la Oficina de Prevención de la Delincuencia Organizada en Bari, Italia, dijo que cerrar los ojos ante la violencia relacionada con el crimen organizado no es algo exclusivo de México.

“En Italia por muchos años se negaba la presencia de la delincuencia organizada porque antes se negaba en el sur, luego ya lo admitimos. Luego empezaron a decir que no había en el norte, que no la tenían porque era un fenómeno nacido en el sur, pero no se daban cuenta que la delincuencia organizada no está formada por estúpidos, está formada por gente que intenta descubrir cuáles son las maneras de invertir más y más, lavar su dinero y hacerse más ricos”.

Los italianos del norte sólo veían que en el sur la mafia tenía base social porque ahí había nacido, pero no que la base financiera estaba en el norte a través de empresas y bancos.

“Cuando ya por fin se entendió esto, las fuerzas del orden fiscales empezaron a investigar de manera seria y ahora están descubriendo cosas increíbles. Por ejemplo cosas de Alemania, hay testigos colaboradores de la Ndrangheta que dicen que en 1989, cuando el mundo estaba festejando la caída del Muro de Berlín, se tuvo una reunión de los mismos grupos de la organización que se repartió a la Alemania oriental para invertir”, comentó.

La organización criminal tiene ahora una cantidad de inmuebles en Alemania así como todos los países satélites de la ex Unión Soviética que el experto antimafia calificó de “impresionante”.

“Alemania rechazó que tenía un problema de delincuencia organizada hasta que hubo noticias de que se mataron dos familias de la ‘Ndrangheta con un saldo de 18 muertos, ahí se despertaron y dijeron ‘tenemos delincuencia organizada’. Como el caso de España que hasta hace dos años tenía solamente el delito de banda armada, lo que es un absurdo porque España es un punto estratégico donde todas las mafias de Europa y América Latina pasan juntos. Los fugitivos de la Camorra se encuentran en Málaga”, planteó.

EL REVULSIVO

Stefano Fumarulo recuerda que en su país la clase política reaccionó a la presencia del crimen organizado hasta que vieron que la organización criminal La Cosa Nostra mató al juez Giovanni Falcone, en 1992. Fue entonces cuando los políticos se sintieron vulnerables y decidieron poner un alto, al ver que la mafia tenía una estrategia de guerra.

La sociedad también reaccionó fuerte y se crearon organizaciones antimafia que impulsaron la ley de reutilización social y el trabajo de jueces antimafia.

Fumarulo, quien es un alumno del analista Edgardo Buscaglia, está convencido de que mientras no se desarticule financieramente a los grupos criminales, no importará si estos son descabezados, la estructura financiera conservará su compleja maquinaria.

Dijo que a diferencia de la Ley de extinción de dominio mexicana, donde se les incautan bienes a los mafiosos, pero estos se rematan, allá sí se les da un uso social. Sirven para apoyar y acompañar a víctimas en procesos judiciales.

Asimismo, un diputado acusado de enriquecerse con bienes ilícitos puede quedar absuelto, pero si no demuestra que sus bienes los adquirió legalmente, estos le son decomisados.

Otra diferencia es cómo se trata a las víctimas de desaparecidos, a quienes allá se les trata con respeto, como un símbolo de resistencia y del Estado.

Expresó que para desarticular a los grupos del crimen organizado se necesita una unidad de investigación financiera, ya que tenerla equivale a tener un tercio de las herramientas para su combate.

“Giovanni Falcone decía: ‘si no puedes seguir la ruta de las drogas, sigue la del dinero’”, agregó, pero sobre todo, se trata aceptar el tamaño del problema, concluyó.

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