Érika Hernández
Reforma
Cd. de México, México (29 septiembre 2014).- La transformación del hangar presidencial, en la que el «gobierno» federal «invierte» mil millones de pesos, durará sólo cuatro años.
[«Invertir» le llama a despilfarrar el dinero de los mexicanos en esa pendejada, que para empezar no tendría por qué estarse haciendo. Hángar nuevo para el avioncito nuevo del usurpador que a la mala le estamos financiando con los gasolinazos y nuevos impuestos…]
De hecho, los nueve hangares de la Administración federal, entre ellos el de la Presidencia, PGR, Defensa Nacional, Marina y Policía Federal, también serán traslados al nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que se prevé esté listo después de 2018.
La modernización del hangar, la cual arrancó hace unas semanas, concluirá en agosto del próximo año para recibir en septiembre al nuevo avión presidencial, un Boeing 787 Dreamliner, que compró el Gobierno federal anterior.
Sin embargo, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, informó que al igual que las terminales 1 y 2, el hangar dejará de funcionar en cuatro años.
«Se traslada parte de ese hangar y de todo el equipamiento al nuevo aeropuerto. Los cimientos no se van a poder trasladar, pero parte importante de la construcción y del equipamiento sí se puede trasladar.
«Se está diseñando para que se pueda mover después, de tal manera para que la inversión que se haga se recupere al moverse al otro aeropuerto», argumentó en entrevista.
De acuerdo con el proyecto de inversión, los 945.6 millones de pesos serán para modificar casi 60 mil metros cuadrados del hangar presidencial.
Ruiz Esparza insistió en que el nuevo avión, que se prevé costará 6 mil 94 millones 689 mil pesos, requiere un espacio moderno, en cuanto a infraestructura y servicios, por lo que para recibirlo necesitan reconstruir el hangar.
Desde hace un mes, las obras arrancaron en la parte frontal de esta sede.
La intención es reubicar los estacionamientos actuales, algunas oficinas, ampliar la sala de espera y controles de seguridad, así como las oficinas administrativas y áreas de resguardo de los aviones y helicópteros que usa el Mandatario federal y miembros de su Gabinete.
«Estamos hablando de un aeropuerto que funcionará cinco años más, y el avión que llega no puede llegar en las circunstancias actuales, para que funcione es necesario renovar el hangar», dijo.