México, 31 de marzo 2017 (NOTIGODÍNEZ).- En medio del caos económico, político y social que reina en México, cuyas instituciones permanecen secuestradas desde hace décadas por el crimen organizado (PRI, AN y aliados al servicio de la oligarquía y el narcotráfico), el asesino de Atenco y actual usurpador mexicano, Enrique Peña Nieto, se pronunció por restablecer el orden democrático… en Venezuela.
Pese a que él mismo rompió el marco constitucional para robarse la Presidencia de México en 2012, el asesino de Atenco tuvo hoy la inaudita desvergüenza de acusar al gobierno venezolano de «atentar frontalmente contra la división de poderes y la democracia representantiva». Esto, en referencia a la decisión del Tribunal Supremo venezolano de suspender provisionalmente la Asamblea Nacional por hallarse en desacato desde enero de 2016.
«México observa por lo tanto, con grave preocupación las recientes decisiones del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela que afectan a la Asamblea Nacional de ese país, lo que atenta frontalmente contra la división de poderes y la democracia representativa.
«Por ello he dado instrucciones a la Cancillería Mexicana para que la voz de México se escuche nuevamente en la OEA y en todos los foros pertinentes con claridad y firmeza, fiel a nuestros principios y con entrañable cariño al pueblo venezolano. Hago votos porque la vía del diálogo de buena fe y a través de él, Venezuela recupere muy pronto y a plenitud el orden democrático», ladró el sujeto derrochando el cinismo recalcitrante que lo caracteriza.
Mientras tanto, el régimen usurpador peñista informó ayer —casi celebrando— que la deuda pública de México alcanzó un nuevo máximo histórico de 9.7 BILLONES DE PESOS en febrero de este año.
Desde que Peña usurpó la presidencia a través de la compra masiva de votos y el desvío millonario de recursos, México se hunde en un lodazal de corrupción, impunidad, ingobernabilidad, violencia, miseria y muerte.
Además de encabezar la lista de los países más peligrosos para ejercer el periodismo —al menos 30 comunicadores han sido asesinados en el actual espuriato—, nuestro país ya es considerado el peor de América Latina en materia de respeto a los derechos humanos, con las «fuerzas del Estado» usurpado cometiendo toda clase crímenes y tropelías. Basta recordar los casos de Tlatlaya, Ostula y Ayotzinapa, tipificados como crímenes de Estado con la participación directa del Ejército Mexicano en el asesinato de civiles desarmados y la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas.
En la última encuesta difundida por medios de comunicación, 80 por ciento de la población mexicana repudia a Peña Nieto —miles de personas se han movilizado en múltiples ocasiones exigiendo su renuncia—, mientras que 70 por ciento de los directivos empresariales reprueba su «gestión» pese a que ellos mismos avalaron su imposición.
Con información de Publimetro
