Nuevamente la derecha se lanza rabiosa contra el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela

¿Golpe de estado en Venezuela?

Por Gerardo Fernández Noroña
(fernandeznorona.mx)

Hablar de un golpe de estado en Venezuela es tan majadero que simplemente hay que acudir al diccionario para entender que un golpe de estado es un levantamiento militar que rompe el orden constitucional e impone a un gobierno de facto.

La campaña en contra del pueblo y el gobierno de Venezuela es tan burda que ni siquiera se toman la molestia de matizar su comentario. Sin duda, la desaparición del congreso venezolano sería un rompimiento del orden constitucional, pero eso no ha sucedido en el hermano país. La mayoría de la Asamblea Nacional -es así como se llama el congreso unicameral en Venezuela- está conformada por la oposición de derecha.

A pesar de las múltiples acusaciones de supuesta dictadura venezolana, los procesos electorales son confiables y transparentes en aquel país y la derecha venezolana ganó dos tercios de la Asamblea Nacional en la última elección. En el caso de la elección de tres diputados, se acreditó la intervención ilegal de la gobernadora en esa demarcación. Se anuló esa elección y se le ordenó a la Asamblea Nacional no juramentar (tomar protesta, decimos aquí) a esos tres legisladores.

La mesa directiva integrada por legisladores de la oposición de derecha venezolana desacató el fallo del tribunal supremo y juramentó a los citados legisladores. A partir de ese hecho, en lugar de aprovechar la mayoría que tiene en la Asamblea Nacional, la derecha ha buscado descarrilar al gobierno que encabeza el Presidente Nicolás Maduro. Están en su derecho de hacerlo, pero han desaprovechado todas las vías institucionales a su disposición para lograr su objetivo. Venezuela es el único país que contiene en su legislación la revocación del mandato del presidente de la República. En lugar de utilizar esa herramienta, dejaron pasar los tiempos y promovieron la confrontación y la violencia contra el gobierno legítimamente constituido en Venezuela.

Apenas en enero de este año, en una declaración ridícula y sin sustento, la misma derecha en la Asamblea Nacional determinó que el presidente había abandonado el cargo, pretendiendo su destitución con tan absurdo argumento. Toda la prensa extranjera hizo suya la falsa nota y dio como un hecho el desconocimiento del Presidente Maduro. Hoy se ha olvidado este grave hecho y nuevamente se endereza una nueva ofensiva contra el hermano país.

Recién, hace un par de semanas, el aprendiz de canciller Luis Videgaray, pretendió una intervención extranjera desde la OEA contra Venezuela. Previamente, el inefable presidente peruano había promovido con el presidente Trump la invasión de Venezuela por las fuerzas militares de Estados Unidos.

Hoy, nuevamente la derecha en el continente se lanza rabiosa contra el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela usando a los medios que están absolutamente a su servicio.

La Asamblea Nacional venezolana no ha sido disuelta. Se mantiene en desacato y mientras esto persista, el Tribunal Supremo ha tomado el control institucional. Simplemente con retirar la juramentación de los tres diputados, cuya elección fue anulada, el conflicto se resuelve. El retiro de sus legisladores no hace perder la mayoría absoluta a la derecha venezolana. Esta fuerza política podría alcanzar los dos tercios si gana la elección en que se repongan esos tres legisladores.

Lo que está en el fondo no es un rompimiento del orden constitucional de parte del gobierno venezolano, sino una ofensiva que promueve la intervención militar desde el exterior contra un gobierno legítimamente constituido. Y lo que está más en el centro del debate es el control del petróleo venezolano al que Estados Unidos aspira. Si el Presidente Nicolás Maduro entregara, como Enrique Peña Nieto lo hizo, el petróleo venezolano a las empresas extranjeras, el acoso contra Venezuela cesaría y Maduro sería nombrado en Estados Unidos como el estadista del año.

En este marco, la hipocresía de la derecha mexicanas no tiene límite. Tipejos de la calaña de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa que tuvo el desparpajo de usurpar la presidencia la República, se atreven a cuestionar la democracia y la legalidad venezolanas. Estarían encantados de desaparecer verdaderamente al Congreso mexicano y por lo pronto se conforman con la desaparición del fuero. Pero son tan hipócritas que se rasgan las vestiduras hablando de la desaparición del fuero en Venezuela, cuando en realidad sólo se planteó que la Asamblea Nacional debe acatar la resolución del tribunal supremo y que, mientras persistan en el desacato, no tienen ni fuero, ni las funciones del poder legislativo en Venezuela.

Las voces gubernamentales de siempre se suman a la jauría y han utilizado de pasada al endeble colaborador de López Obrador llamado John Ackerman, para enderezar una nueva campaña en contra del virtual candidato presidencial de MORENA a la presidencia de la República.

Es la enésima ofensiva contra López Obrador y ni les platico las que faltan. Es evidente que la derecha y la oligarquía mexicana han decidido mantener una campaña sucia contra quien hoy en día, encabeza las preferencias electorales. Es evidente también que se requiere de una rebelión no violenta para abrir el camino a una profunda transformación del país. Si a la oligarquía mexicana le aterra la posibilidad de que López Obrador encabece la presidencia de la República, que yo fuese quien tuviera esa oportunidad les debe parecer la peor pesadilla posible.

Lo que quiero precisar sin más es que es una canallada la ofensiva contra el pueblo y el gobierno venezolano; es una canallada mayor querer utilizarlas para golpear a un candidato a la presidencia la República y sería una ingenuidad pensar que nos van a entregar la presidencia sin que haya una rebelión, sea ésta violenta o no, de nuestro pueblo. Así que les vuelvo a insistir en que dejen de pensar que el 2018 y el voto por sí mismos serán el camino a la transformación y asumamos que debemos obligar a renunciar en este año a Enrique Peña Nieto y que debemos convocar a elecciones anticipadas de presidente de la República.

Si en Venezuela, que sostienen falsamente una calificación negativa de 70% sobre el presidente, que no hay periodistas asesinados; que no hay decenas de miles de desaparecidos, que no está bañado en sangre el país; que no hay 43 normalistas víctimas de desaparición forzada, que no aparecen fosas clandestinas con centenares de cadáveres a cada momento y en diferentes puntos de la geografía nacional; que no hay ex gobernadores prófugos de la justicia por actos de corrupción; que no tienen a la mitad de la población en la pobreza, muriéndose literalmente de hambre; que no hay presos políticos; que no hay feminicidios por centenares y que, los jueces no dejan en libertad a violadores consumados, pretenden que haya elecciones anticipadas, ¿Por qué no habrían de anticiparse las elecciones en México?

Por lo pronto aprovecho para reiterar mi reto a Felipe Calderón para debatir el sistema electoral venezolano en comparación con la elección fraudulenta en México del 2006; e inclusive para debatir el supuesto golpe de estado en Venezuela.

Aprovecho también para reiterar mi llamado a una rebelión no violenta que logre la renuncia de Enrique Peña Nieto, promueva la elección anticipada del presidente de la República y convoque a un congreso constituyente que restablezca la Constitución de 1917 y acreciente los derechos de nuestro pueblo.

«El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz».
Gerardo Fernandez Noroña.
México D.F. a 31 de marzo de 2017.

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