La filial de Citigroup en México “extravió” parte de la documentación relacionada con el fraude que habría cometido Oceanografía por unos 5 mil millones de pesos. Banamex responsabilizó a su gerente divisional de ventas en Tabasco del supuesto robo de los documentos, revela la averiguación previa FECORO-I-547/2014. El “hurto”, sin embargo, habría sucedió la madrugada del 20 de febrero, unas horas antes de que la sede central descubriera la estafa. La “desaparición” de una parte de los expedientes se suma a los problemas que, por este caso, enfrenta el directivo bancario Javier Arrigunaga, vinculado a uno de los principales socios de Amado Yáñez. No obstante, la relación del director de Banamex y Martín Díaz Álvarez –primo de Gil Díaz y quien directamente reestructuró las deudas de la naviera con el banco– aún se mantiene al margen de las investigaciones.
Nancy Flores
Contralínea
El Banco Nacional de México, SA (Banamex), “extravió” parte de la documentación relacionada con los créditos que otorgó a Oceanografía, SA de CV, por un total de 8 mil 80 millones de pesos, y que habrían derivado en un supuesto fraude que podría superar los 5 mil 200 millones.
La desaparición de los documentos fue presentada por la filial de Citigroup como un robo, supuestamente cometido unas horas antes de que la directiva del banco conociera la estafa. Así consta en la denuncia de hechos que interpuso el banco el 23 de febrero pasado ante la Procuraduría General de Justicia de Tabasco, y que se integró en la averiguación previa FECORO-I-547/2014, de la cual Contralínea obtuvo copias.
Según la versión del banco, el supuesto hurto habría ocurrido en las oficinas de esa entidad federativa durante la madrugada del 20 de febrero. De ser así, el robo se cometió apenas unas horas antes de que la sede central de la institución financiera descubriera que la mayoría de los papeles presentados como garantía por la empresa de Amado Yáñez Osuna eran apócrifos.
Y es que fue el mismo 20 de febrero cuando la directiva de Banamex se enteró de que la mayoría de los créditos que otorgó a Oceanografía no tenían soporte. Ese día, Petróleos Mexicanos (Pemex) hizo saber al director general del grupo financiero, Javier Arrigunaga Gómez del Campo –primo político de Felipe Calderón Hinojosa–, que “una porción significativa de las cuentas por cobrar a Pemex registradas por Banamex en el programa de descuento eran fraudulentas”.
Para entonces, el banco registraba en sus libros financiamiento de corto plazo a Oceanografía por 7 mil 650 millones de pesos, como parte de un programa de descuento de cuentas por cobrar con Pemex; y otros 430 millones de pesos, tanto en crédito directo como en cartas de crédito; es decir, un total de 8 mil 80 millones.
La comunicación de Pemex con Banamex del 20 de febrero pasado se derivó de una solicitud hecha por la institución financiera el día 11 de ese mismo mes, justo después de que la Secretaría de la Función Pública anunció la inhabilitación de Oceanografía para celebrar nuevos contratos con el gobierno federal por 21 meses, tras comprobar que la naviera había incurrido en hechos de corrupción, sobornos y cohecho en sus contratos con la paraestatal.
La filial de Citigroup solicitó la colaboración de Pemex para realizar una revisión detallada del financiamiento otorgado a Oceanografía, pues todos los créditos fueron garantizados con contratos entre la naviera y la paraestatal.
En 9 días, la petrolera del Estado comprobó sólo la validez de aproximadamente 2 mil 420 millones de pesos en cuentas por cobrar, al 31 de diciembre de 2013: 980 millones soportados por la documentación en los registros de Pemex y aproximadamente 1 mil 440 millones en trabajos realizados y documentados, pero en proceso de ser aprobados por la paraestatal.
El mismo día en el que supuestamente se cometió el robo de los documentos, Banamex determinó que la diferencia entre estos datos y los créditos superaba los 5 mil 234 millones de pesos. Por ello, la directiva determinó que el impacto negativo a sus utilidades netas ascendía a 2 mil 880 millones de pesos en los resultados del cuarto trimestre de 2013, lo que equivale al 2 por ciento del capital de la institución financiera. Después, procedió a notificar la situación al estadunidense Citigroup, su casa matriz.
El fraude se hizo público tanto en Estados Unidos como en México hasta el 1 de marzo, cuando la Procuraduría General de la República embargó las instalaciones y los bienes de Oceanografía. Para entonces, el banco ya había recuperado los documentos supuestamente robados de la sucursal de Villa Hermosa, Tabasco. No obstante, la filial de Citigroup no ha aclarado si recobró la totalidad o sólo una parte.
En medio de ese hermetismo, el 14 de mayo pasado, Banamex y Citigroup dieron por terminada la investigación interna, tras cesar a 11 ejecutivos que supuestamente tienen responsabilidad en el multimillonario fraude (Adolfo Herrera, director ejecutivo del área corporativa y responsable de Citi Transaction Services en México; Sergio Torres, director de factoraje corporativo; Alfonso Ortega, de esa misma área; Roberto González Barrera, managing director, Securities Services Network head, Mexico Region; Emilio Granja, director gerente del área de energía de Citi; Federico Solórzano, director ejecutivo de Administración de Riesgo de Crédito Corporativo; Guillermo Gómez, subdirector de Factoraje; Leonor Cuen, coordinadora de las revisiones de Auditoría de Crédito de Banamex y Centroamérica; José Antonio González, Guillermo Pérez y Vanessa González, informó el diario El Financiero).
El encargado de revelar el despido de los 11 ejecutivos fue el director general de la filial mexicana, Javier Arrigunaga, vinculado a Martín Díaz Álvarez, uno de los principales socios de Amado Yáñez en Oceanografía, primo de Francisco Gil Díaz y quien directamente reestructuró las deudas de la naviera con el banco (Contralínea 376).
El supuesto robo
En su denuncia de hechos, presentada 2 días después del supuesto robo, Banamex aseguró que su gerente divisional de ventas, servicios y transacciones en Villahermosa, Tabasco, Erik Cervantes Murillo, sustrajo sin autorización “todos” los documentos relacionados con el área en la que se desempeñaba, incluyendo los que tenía bajo su resguardo.
Entre éstos figuraban, según el banco, los vinculados a los créditos de Oceanografía, pues Cervantes era el encargado de comprobar la autenticidad de las garantías.
No obstante, en su declaración ministerial, Erik Cervantes aseguró que no robó los documentos y que no sabía por qué razón lo querían implicar en algo así: “Desconozco por qué se me pretende perjudicar o involucrarme en un delito que yo no he cometido y mucho menos que esté en mi ánimo el apoderarme de algún objeto o documento propiedad del banco”.
A través de su representante legal, José Alberto Castillo Suárez, Banamex señaló que Cervantes Murillo se presentó en las instalaciones de Villa Hermosa el 20 de febrero a las 3 de la mañana con 50 minutos para retirar expedientes, facturas y documentos de su relación de negocios, vía operaciones de factoraje, con Oceanografía.
Erik Cervantes aseguró ante los agentes del Ministerio Público: “Yo nunca he robado nada, ya que soy una persona muy honesta y de confianza, además de que soy el que mayor rango de ventas manejo, lo cual me ha sido retribuido con bonos económicos o compensaciones por parte de Banamex por mi desempeño”.
También afirmó que, al realizar actividades extraoficina, “es natural que lleve y traiga documentación de mi trabajo, y respecto al señalamiento que hace en mi contra el apoderado legal de Banamex, yo no me he robado ningún tipo de documentación; además, los documentos que yo manejo no tiene ningún valor económico con el cual pueda salir perjudicado el banco o beneficiarme yo, porque son únicamente documentos o papeles para trámite”.
Para demostrar el nivel de confianza del que era objeto, Erik Cervantes detalló: “Tenía asignada una tarjeta corporativa a mi nombre, con la cual pago en todos los lugares que visito, es decir, en los estados que visito, en donde pago hoteles, comida. Soy empleado de confianza y no tengo horario… Tengo llaves de acceso y claves de seguridad para ingresar a cualquier hora a mi centro de trabajo”.
El empleado bancario añadió: “Soy inocente de todos los hechos que se me imputan. No he robado. Yo me dedico a trabajar y a mucho orgullo soy el número uno en ventas en toda el área de Trade (comercio internacional) a nivel nacional en banca corporativa”.
Sobre el horario en el cual fue captado por las cámaras de circuito cerrado del banco, Erik Cervantes declaró: “Me desempeño como gestor comercial de ventas, y por tener ese cargo no manejo ningún horario fijo, es decir, tengo acceso a las instalaciones a cualquier hora… Yo viajo a diferentes lugares del Golfo de México, desde Tampico hasta Ciudad del Carmen, y en razón de eso puedo acceder a cualquier hora a mis oficinas”.
Contrario a lo que solicitaba el banco, el 26 de febrero la titular del Juzgado Sexto Penal de Primera Instancia del Primer Distrito Judicial de Villahermosa, Guadalupe Vázquez Baeza, resolvió dejar en libertad al ejecutivo bancario por falta de pruebas.