Luciano Campos Garza
Proceso
MONTERREY, N.L. (apro).- Residentes de la zona afectada en Cadereyta por el derrame de crudo ocasionado por una toma clandestina en un ducto de Pemex declararon hoy a medios locales que el agua que ingieren “tiene sabor aceitoso”, por lo que sospechan que el carburante llegó a los mantos freáticos del subsuelo.
Sin embargo, el gobierno federal informó que no hay afectaciones en los pozos de agua de los lugareños, quienes pueden continuar consumiéndola de manera habitual, sin peligro para el consumo humano o agrícola.
En tanto, Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció que el daño ecológico quedaría remediado en aproximadamente 10 semanas, a partir de que fue detectada la “ordeña” de sus ductos.
No obstante, el derrame de crudo sobre el río San Juan compromete la cosecha de 25 mil toneladas de naranjas que deben ser irrigadas de manera permanente.
Lo anterior lo dio a conocer el director de la Corporación para el Desarrollo Agropecuario del estado, Ramón Villagómez Guerrero, quien señaló que se pueden perder los cultivos si no están en contacto con el agua por hasta cuatros semanas consecutivas.
El sábado 16, una toma clandestina descontrolada en el oleoducto Madero-Cadereyta ocasionó el derrame de unos 636 mil litros de crudo, que derivaron por 11 kilómetros de acequia y en 6.5 kilómetros del río San Juan, que conecta con la presa El Cuchillo, 75 kilómetros río abajo.
En su visita a las comunidades afectadas por el desastre ecológico, Villagómez dijo que en la región citrícola de los ejidos del sur de la entidad que reciben irrigación del San Juan, hay unos 200 productores que siembran frutos cítricos en unas mil 120 hectáreas.
“Aquí el tema, el daño mayor va a ser por el hecho de dejar de regar. La afectación ahí hay que cuantificarla porque estamos en un periodo donde la naranja requiere del riego y, bueno, estamos haciendo esa evaluación para dársela a conocer a la gente de Pemex, y de cierta manera que ellos nos ayuden a remediar ese daño”, afirmó.
Desde que inició la contingencia, los campos dejaron de ser regados, en espera de que sean saneadas las acequias, aunque de acuerdo con los servicios meteorológicos locales, se espera que lleguen las lluvias a partir del próximo jueves.
Los ejidos que tuvieron mayor afectación fueron Tepehuaje, Soledad Herrera, Santa Isabel y Dolores, ubicados en Cadereyta, 30 kilómetros al oriente de la capital.
Villagómez informó que en la zona hay unos 70 ganaderos y, aunque no se ha detectado la muerte de algún animal a causa de la contaminación por hidrocarburos, aún no se tiene cuantificada la cantidad de cabezas que están expuestas a la polución.
Esta tarde continuaron los trabajos de saneamiento en el área acuífera afectada, donde ya fue retirado hasta 85% del combustible, según reveló hoy el delegado de Semarnat, Guillermo Cueva Sada.
Sin embargo, hasta ahora no se sabe quién o quiénes son los responsables del daño ambiental.