Tercer informe de desgobierno

Gerardo Fernández Noroña
(@fernandeznorona)

El primero de septiembre de cada año, se da la apertura del periodo ordinario de sesiones y se lleva a cabo la instalación de sesión general del Congreso Mexicano, es decir, sesionan juntos la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores.

Es un mandato de ley. A esta sesión, acudía el presidente de la República a presentar su informe de gobierno. Ahora, el artículo 69 constitucional establece que en esa apertura de sesiones, el Presidente de la República debe presentar un informe por escrito del estado general que guarda la administración pública el país. Esa reforma se hizo para justificar la ausencia de Felipe Calderón los días 1 de septiembre en la Cámara de Diputados que es donde se instala el Congreso.

Desde que Felipe Calderón se robó la presidencia de la República, durante el periodo 2006-2012 le fue imposible acudir a la sesión de apertura del Congreso el primer día de septiembre de esos años. En una sola ocasión se pudo presentar -2008- y no deja de ser una paradoja que presidía la Cámara la entonces perredista y hoy ex diputada federal del Partido Verde, Ruth Zavaleta.

Frente a la imposibilidad de Felipe Calderón de acudir a la Cámara por el repudio que concitaba al usurpar la presidencia de la República, la Constitución fue modificada para que sólo tuviera que mandar por escrito su informe al Congreso.

A partir del «mandato» de Calderón se empezó a pervertir la obligación de dar cuentas a la representación del pueblo, el Poder Legislativo (por más que cada vez lo represente menos) pues ante la imposibilidad de asistir al Congreso, Calderón empezó a convocar los días 2 de septiembre en Palacio Nacional a sus incondicionales para hacer una pseudo presentación del informe, una farsa de informe para ser preciso.

Una decena de integrantes de la LXI Legislatura que recién iniciaba funciones el 1 de septiembre del 2009, nos apersonamos el día 2 de septiembre de ese año a las puertas de Palacio Nacional para acceder al supuesto informe de Calderón. Vale precisar que todos los legisladores estábamos invitados. Acudimos: Avelino Méndez, Rigoberto Salgado, César Burelo, Jaime Cárdenas, Adán Augusto López y un servidor. Sin embargo, no sólo se nos impidió el acceso a Palacio Nacional, sino que encima fuimos golpeados por la Policía Federal en pleno Zócalo de la Ciudad de México. Se violó nuestro fuero constitucional y además se nos hizo una campaña de denuesto en los medios de comunicación, tergiversando lo sucedido y acusándonos de violentos.

Recuerdo estos hechos porque mañana 2 de septiembre, Enrique Peña Nieto hará esa misma farsa en Palacio Nacional. Al no poder acudir al Congreso, pues sabe que le serán exigidas las cuentas por los muchos agravios que ha cometido contra el pueblo de México, ha invitado a sus incondicionales para que le aplaudan sus mentiras a puertas cerradas. Mientras los medios presentan esa farsa como su «tercer informe de gobierno».

Por otra parte, un grupo de activistas, cada miércoles al mediodía, acudimos frente a la puerta central de Palacio Nacional a fijar una lista de traidores a la patria. En ese listado están los nombres de Peña Nieto y los miembros de su gabinete que apoyaron la iniciativa de Peña de entregar la riqueza petrolera del país a las transnacionales del ramo. Están también los nombres de todos los diputados y senadores del PRI, PAN, Partido Verde y PANAL que votaron a favor de esa traición al pueblo de México.

Pues resulta que mañana 2 de septiembre es miércoles y ahí estaremos una vez más, para fijar la lista de traidores a la patria. Cada ocasión en que Peña se desplaza el Zócalo de la ciudad, el corazón del país, se declaran de facto la suspensión de derechos y garantías constitucionales. Se instalan rejas, vallas y cientos de miembros de la Policía Federal, del ejército, del Estado Mayor Presidencial, así como policías de civil, toman el lugar evitando desde el libre tránsito hasta cualquier manifestación, por modesta que ésta sea.

Mañana nos enfrentaremos a este aparato ilegal e inconstitucional y a pesar de todo llevaremos a cabo nuestra protesta habitual. Para que no haya duda ni tergiversación de lo que ahí suceda, he decidido salir a las 11 55 A.M. de la plaza de Santo Domingo rumbo al Zócalo de la ciudad y mostrar por «Periscope» en vivo mi traslado al zócalo con lo que nos encontremos en el camino.

Las nuevas herramientas que brinda el Internet permiten mostrar en vivo lo que realmente sucede en una protesta y eso es lo que haremos el día de mañana. Aprovecharemos la tecnología para denunciar esa farsa de informe.

«El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz».

Gerardo Fernández Noroña.

México D.F. a 1 de septiembre de 2015.

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