Norma Trujillo Báez
La Jornada
El gobierno del estado muestra un desequilibro importante en el Presupuesto de Egresos de este año; por un lado destina más al gasto corriente: pago de sueldos y salarios de la burocracia, y materiales y suministros, servicios generales, transferencias, asignaciones y subsidios, en los que invertirá 52 mil 102 millones de pesos, mientras que para obra pública sólo 9 mil 238 millones de pesos, sostuvo el economista Hilario Barcelata.
En el Observatorio de las Finanzas Públicas detalla que el pago de sueldos y salarios de la burocracia, y materiales y suministros, representa el 55 por ciento del total del presupuesto de egresos, las erogaciones destinadas al pago de sueldos y salarios de la burocracia representan el 36.5 por ciento, que equivale a 3 mil 615 millones de pesos, mientras que materiales y suministros, servicios generales, transferencias, asignaciones y subsidios el 18.4 por ciento, es decir 17 mil 490 millones de pesos.
En cambio, apenas se destinará el 9.7 por ciento (9 mil 238 mdp) al rubro de Inversión Pública, es decir, el recurso que sirve para la construcción de obras públicas, señaló Hilario Barcelata, quien destacó que otro aspecto preocupante del presupuesto es el monto que se destinará al pago de la deuda pública, el cual es de 3 mil 891 millones de pesos, lo cual representa casi la mitad de los recursos que se destinarán a la inversión pública este año y es superior a la inversión en salud, que será de mil 714 millones de pesos; a la de desarrollo social, que será de mil 463 millones de pesos; la de educación, que será de mil 264 millones de pesos o la de infraestructura, de mil 143 millones de pesos.
Se puede observar que el gobierno estatal está destinando muy pocos recursos a la promoción del crecimiento económico, ya que el valor de las obras programadas para apoyo al desarrollo agropecuario, el desarrollo económico y la creación de infraestructura representa apenas el 20 por ciento del total de la inversión pública total, mil 833 millones de pesos, lo cual resulta una cantidad sumamente baja, tomando en cuenta que este tipo de obras apoya la expansión de la actividad económica del estado.
Así, el gobierno estatal estará gastando la mayor parte de su presupuesto en operación administrativa y no en construcción de obras para detonar el desarrollo económico. Asimismo, está gastando una gran cantidad de recursos en el pago de la enorme deuda pública, limitando con ello la cantidad de recursos que debería de destinar a impulsar el crecimiento económico tanto en el campo como en la industria.