Cae el petróleo a su nivel más bajo desde 2010, y mientras México lo sufre cada vez mal, la OPEP se agrupa para blindarse

AFP

Viena. Los países de la OPEP se encaminan a un acuerdo para dejar sin cambios su producción, horas antes de una reunión en Viena esperada con nerviosismo por los mercados, donde el precio del barril cayó este miércoles a su nivel más bajo desde 2010.

El poderoso ministro de Petróleo de Arabia Saudita, Ali Naimi, anunció hoy por la tarde que los cuatro países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, que incluye a Kuwait, Arabia Saudita, Catar y los Emiratos Árabes Unidos) habían “alcanzado un consenso” sobre la cuota de producción.

“Estoy confiando que la OPEP es capaz de tomar una posición unificada”, agregó Naimi, quien no anunció el contenido del acuerdo alcanzado. Sin embargo, sus declaraciones en contra de un recorte de la producción permiten pensar que el consenso gira en torno a mantener el statuos quo.

Las divisiones en el seno de la OPEP –donde varios países, como Venezuela y México han abogado por un recorte de la producción para frenar la caída de los precios del crudo– provocaron nuevas bajas de las cotizaciones de barril.

El light sweet crude (WTI) para entrega en enero cedió 40 centavos en el New York Mercantile Exchange (Nymex), vendiéndose a 73.69 dólares, su nivel más bajo desde septiembre de 2010.

Algunos analistas estiman sin embargo que podría haber sorpresas en la reunión del jueves.

“¿Cortará (la OPEP su producción), no cortará? Nada es aún seguro”, dijo John van Schaik, jefe en Nueva York de Energy Intelligence, recalcando que los mercados, sacudidos por la caída de los precios del crudo, “esperan una clara señal de la OPEP para equilibrarse”.

El fuerte retroceso de los precios del barril, que desde mediados de junio ha perdido 30 por ciento de su valor, ha puesto en aprietos a la mayoría de los países de la OPEP, particularmente a Venezuela, Irán, Irak, Ecuador y Nigeria, que están a favor de un recorte de su techo de producción.

Para continuar con sus programas sociales y cumplir con los pagos de la deuda, esos países necesitan que el barril vuelva a superar, o al menos rondar, el precio de 100 dólares que ha mantenido desde 2011.

Pero Arabia Saudita, que cuenta con gigantescas reservas en divisas, no comparte esa preocupación por la caída de los precios, expresada la víspera por el canciller venezolano Rafael Ramírez, quien representa a su país ante la OPEP.

“Los precios no son buenos”, “todos estamos preocupados”, dijo Ramírez, quien desde que empezó la caída de las cotizaciones se puso en campaña para que la OPEP recorte su cuota de producción, que se sitúa oficialmente en 30 millones de barriles diarios (mbd) pero que la Agencia Internacional de Energía (AIE) sitúa en 30.6 mbd.

Venezuela ha apelado también a los grandes productores que no son miembros del cártel, como Rusia y México, para apoyar los precios del barril que, pese a importantes factores de inestabilidad en Irak, Libia y Ucrania, han sido afectados por otros hechos, entre ellos un inesperado exceso de crudo en el mercado. Pero ese llamado parece también haber caído en oídos sordos.

Ese exceso de crudo en el mercado, que se debe sobre todo al aumento récord de la producción de petróleo de esquisto en Estados Unidos, se produce en un contexto de recesión en Europa y de desaceleración de las grandes devoradoras de petróleo, como China e India, lo que lastra los precios del oro negro.

El ministro iraní de Petróleo, Bijan Namdar Zanganeh, reconoció hoy que hay demasiado petróleo en el mercado.

“Todos los expertos creen que tenemos un sobreabastecimiento en el mercado”, afirmó a su llegada a Viena uno de los más influyentes ministros del poderoso cártel petrolero fundado en 1960.

Arabia Saudita aboga por ‘statu quo’

Sin embargo, Naimi, considerado el hombre más poderoso en el mundo del petróleo, ha desestimado esas preocupaciones, afirmando que el mercado “va a equilibrarse solo”.

“El mercado terminará por estabilizarse”, dijo Naimi, que ha desempeñado en otras ocasiones un rol de estabilizador de los precios, cerrando o abriendo los grifos de la OPEP. Pero ahora “parece ya no querer desempeñar ese rol”, afirmó un analista que conservó el anonimato.

Las declaraciones del titular saudita fueron recibidas como un jarro de agua fría por los mercados.

“Las esperanzas de que la OPEP vaya a recortar su producción han recibido un severo golpe”, estimó el Commerzbank.

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