Sonia del Valle
Reforma
Cd. de México, México (11 diciembre 2014).- En México hay 2.6 millones de niñas que no van a la escuela, reveló ayer Nuria Sanz, directora de la UNESCO en el País.
De acuerdo con la especialista, de las pequeñas que tienen instrucción escolar, una cuarta parte se dedica sólo a estudiar.
El resto, advirtió, combina su formación con tareas de carácter doméstico y familiar, productivas, mercantiles y comerciales.
«La cuestión más importante es que no lo hacen por motivos económicos, sino por motivos familiares», indicó al presentar el estudio La educación de las niñas y las jóvenes, y la igualdad de género.
«El régimen de dependencia evidentemente es a lo que se tienen que enfocar las políticas de desarrollo en el marco de los derechos humanos», expresó.
La funcionaria refirió que, según cifras del Inegi, el 16 por ciento de la población en México son niñas menores de 18 años.
Es necesario, estimó, que las políticas públicas atiendan a esta población para garantizar uno de los derechos fundamentales, que es el de la educación.
«Se requiere incluir el papel de la mamá en el proceso educativo de las niñas; incluir en los consejos rectores de las escuelas el papel de las madres, más allá del acompañamiento, y saber cómo evolucionan sus aprendizajes», dijo.
Para la experta, se debe tratar a las niñas en un esquema de equidad.
«La educación inicial y todo lo que significa el aprendizaje no formal, pero que es fundamental para empezar a los tres o cuatro años; se requiere disminuir el índice de mortalidad, mejorar las condiciones sanitarias», expresó.
También, destacó, es necesario incentivar el desarrollo artístico entre las niñas.
«La voluntad creativa de las niñas entre la primaria y la secundaria hace ver que el rezago educativo es menor cuando se favorecen las vocaciones creativas en la primaria, bien sea la danza y el teatro», señaló.
Por su parte, Mara Robles, Secretaria de Educación del Distrito Federal, aseguró que el principal problema en la educación de las niñas es que éstas comienzan a realizar trabajo doméstico desde temprana edad.
«Si logramos sacar a las niñas del rol del trabajo doméstico, explotado, en condición de servidumbre desde la más tierna infancia, y si logramos que las niñas, en lugar de jugar con muñecas a ser la mamá, jueguen con lego, hagan deporte, pinten y hagan teatro o toquen instrumentos musicales, ahí tendremos el verdadero cambio», confió.
Nota redifundida en NOTIGODÍNEZ. Fuente
