Fernando Inés Carmona
La Jornada
Orizaba, Ver.- La delegación de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) está bajo sospecha, ya que industriales forestales de la entidad no descartan que mediante el tráfico de influencias y presunta corrupción se asignen los recursos económicos de los programas de producción. Como ejemplo revelan que un sólo despacho forestal obtuvo 8 millones de pesos, “cuando al resto de los proyectos apenas si les asignaron no más de 500 mil”, refirió Graciano Illescas Téllez, representante del Consejo Intermunicipal de Ambientalistas (CIMA).
El entrevistado lamentó que por falta de interés de los productores agrícolas, los recursos económicos no se ejerzan y muchas de las veces se regresen a la Federación, como sucedió con 13 millones de pesos que fueron reembolsados el año pasado. “Debemos de trabajar mucho porque esos recursos no se regresen, porque si bien hay muchos productores del campo que no cumplen o no les interesa, hay otro tanto mucho mayor que están pidiendo a gritos apoyos para poder sacar adelante su labor”.
La Conafor nos dice que la culpa de que se regrese ese dinero, “la tienen los malos productores que piden el recursos y a la hora que lo reciben no hacen bien su trabajo, cuando muchas veces es falso, porque las políticas para destinar los recursos están mal enfocadas”.
Hay un caso concreto, dijo Illescas Téllez, “la Conafor, destinó 17 millones de pesos para Veracruz, pero de ese dinero ocho millones de canalizaron a un solo despacho, forestal, al municipio de Perote. Todo eso causó sospechas, porque al resto de los despachos les aprobaron apenas si un proyecto con una cantidad máxima de medio millón de pesos y porque a un solo despacho le dan 8 millones de pesos”.
Explicó que dichas situaciones las han discutido en el consejo de la Conafor, pero refiere que no les han dado respuestas que los dejen satisfechos en el sentido de que se están manejando correctamente el capital económico de apoyo para la agroindustria.
“Como integrante del consejo –dijo– mi función es vigilar que los recursos se canalicen con la mayor transparencia posible, pero sí hay que decir que la Conafor está dejando mucho que desear en el estado, aun cuando es el más desgastado de México, hay mucha pobreza en el campo”.
“Otro de los ejemplos –añadió– lo tenemos en el parque nacional Pico de Orizaba. Está severamente deteriorado y la Conafor está sembrando pinos huawei que se van a sembrar en la parte alta del volcán a más de 4 mil metros de altura sobre el nivel del mar y no podemos creer que están apoyando a un vivero que está en Tlilapan a nivel de Orizaba a más de 20 kilómetros de distancia. Lo único que van a provocar es que la planta de este vivero se pierda”.
En las comunidades indígenas asegura, hay industriales muy capaces, pero la Conafor pide elevadas fianzas para poder entregarles los recursos económicos de los programas correspondientes. “Es ilógico porque si la gente lo que quiere es ganar, la dependencia pide un importe en dinero que representa el total de la aportación que va a recibir. Es ilógico”, remarcó.