Si Forbes considera que bañar en sangre a un país es muestra de «liderazgo y poder», entonces sólo debería cambiar la palabra «líderes» por GENOCIDAS y sus delirios tendrían sentido.
Redacción Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- El caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos terminó de derrumbar la imagen que el presidente Enrique Peña Nieto se empeñó en construir desde el comienzo de su gestión con el llamado Pacto por México como punta de lanza.
En el ranking de los hombres más poderosos del planeta elaborado por la revista Forbes en su más reciente edición, el mandatario mexicano descendió 23 lugares en relación con el año anterior. Peña se colocó en el lugar 60 de los 72 líderes mundiales.
La razón del declive lo da la propia revista: “la crisis política y social, detonada por la desaparición de 43 estudiantes a manos de la policía municipal de Iguala, presuntamente patrocinada por el crimen organizado, despertó serias dudas sobre la capacidad del gobierno de Enrique Peña Nieto de hacer frente al problema de violencia en el país”.
En la edición mexicana de Forbes se consigna también que “la probable participación del exalcalde de Iguala”, José Luis Abarca, detenido el pasado martes en una casucha de la delegación Iztapalapa, “y el descubrimiento de fosas comunes”, “ha enfurecido a los mexicanos, lo que provocó una campaña masiva exigiendo la renuncia del presidente”.
El texto añade que “Peña Nieto prometió poner fin a la guerra contra las bandas criminales y revitalizar la economía” y durante 2013 “su gobierno propuso su agenda de reformas estructurales, que fueron aprobadas en el Congreso, para aumentar la competencia en diversos sectores y para atraer la inversión privada en petróleo y electricidad.
“Pero el caso de los estudiantes desaparecidos de la escuela normalista del municipio de Ayotzinapa, Guerrero, más el de la ejecución de civiles presuntamente a manos del Ejército en Tlatlaya, Estado de México, desataron la crisis política más aguda que ha enfrentado hasta ahora en sus dos años de mandato”, dice.
Por segundo año consecutivo, el presidente ruso Vladimir Putin se alzó como el hombre más poderoso del mundo según el ranking de Forbes.
De nuevo el segundo sitio fue para el presidente estadunidense Barack Obama, que ahora tendrá que gobernar con una mayoría republicana en el Congreso y el Senado.
Entre los 72 líderes mundiales que integran la lista figuran sólo dos mexicanos: el magnate Carlos Slim, en el puesto 14, y el presidente Enrique Peña Nieto en el lugar 60. La reelecta presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, se encuentra 29 puestos arriba de su par mexicano al ocupar el sitio 31 de la lista.
Al referirse al primer sitio de la lista, Forbes señala que “nadie podría llamar a Putin un buen tipo”. Lo considera un “impredecible líder que no rinde cuentas de un Estado nuclear rico en energía”, que el año pasado se “anotó” más puntos que cualquier otro líder.
Putin, añade, es más poderoso que “el maniatado líder del país más dominante en el mundo”, es decir, el estadunidense, Barack Obama que el martes pasado perdió el control del Congreso.
A esos Putin y Obama siguen en la lista: el presidente chino, Xi Jinping; el Papa Francisco; la canciller alemana Angela Merkel (quien encabeza la lista de las mujeres más poderosas del mundo); y la directora del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellen.
Le siguen el fundador y dueño de Microsoft, Bill Gates; el presidente del Banco central Europeo, Mario Draghi en octavo lugar;
Sergey Brin y Larry Page, creadores de Google, en noveno, y el Primer Ministro de Reino Unido, David Cameron, en décimo.