Mañosamente, Moreno Valle utiliza la difusión del arte en Puebla para rendirse culto a sí mismo

Fermín Alejandro García
La Jornada

Ya no queda ninguna duda de que la promesa de Rafael Moreno Valle Rosas de que en este sexenio se ofrecería el proyecto cultural más ambicioso en la historia contemporánea de Puebla fue un engaño, un fraude. El problema de fondo es que la administración morenovallista concibe a la cultura como un escaparate para el lucimiento del jefe del Poder Ejecutivo y no sabe crear políticas públicas para la creación y expresión de las bellas artes. Un ejemplo de tal situación se observa en la exposición Constelaciones, que sirve para exhibir la imagen personal del gobernador, con una fotografía de gran formato.

No se trata de una exposición menor; su nombre completo es Constelaciones, Constructivismo, Internacionalismo y la Vanguardia Latinoamericana; se trata de una exhibición de 28 obras abstractas, creadas por 27 artistas, proveniente del Museo de las Américas de Washington y es auspiciada por la Organización de Estados Americanos (OEA), que desde mayo pasado se ofrece al público de manera permanente en San Pedro Museo del Arte.

Son tres aspectos los que llaman poderosamente la atención sobre lo que pasa con esta exposición:

1. Al inicio de la exposición lo que más se ve, lo que más destaca y lo que rompe con el esquema de la exhibición, es que hay una mampara, que va del suelo al techo, en donde se encuentra una enorme fotografía de Rafael Moreno Valle Rosas, junto con Miguel Insulza Salinas, el secretario general de la OEA. Pareciera que para los organizadores lo más importante es que los visitantes vean la foto del mandatario, que no tiene ninguna relación con el arte abstracto.

La colocación de la imagen del gobernador es sin duda una muestra clara de que el culto a la personalidad de Moreno Valle es la prioridad en el mediocre Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla, una situación que es inusual en la mayor parte de las exhibiciones de obras pictóricas, tanto en espacios públicos como privados.

Por eso se entiende que en el esquema del Barroco Museo Internacional no se tenga definido el proyecto y la obra que ahí se ofrecerá, y pese a ello ya se arrancaron los trabajos, que costarán mil 400 millones de pesos, que se pagarán por los próximos 23 años. El gobernador lo que busca es que se haga un edificio gigante para lucirse ante la opinión pública. Su interés son los metros cuadrados edificados y no los valores cualitativos de su política cultural.

Eso de colocar la foto de Moreno Valle –ver la imagen– en la exposición de Constelaciones es algo que no se atrevió a hacer ni Manuel Espinosa Yglesias cuando creó el Museo Amparo, uno de los más importantes del país y que fue un proyecto personal del desaparecido banquero. Solamente llegó a exponer un cuadro de su esposa Amparo, pero que tiene un alto valor cultural porque lo pintó Diego Rivera.

2. Poner la imagen de Moreno Valle rompe con el sentido de la exposición, que muestra a un conjunto de pintores que hace algunas décadas rompieron con el realismo latinoamericano –entre ellos el mexicano Vicente Rojo– y crearon escuelas del arte abstracto.

3. Luego de que Moreno Valle inauguró la exposición, la exposición Constelaciones está olvidada, ya que casi no se le da promoción y son escasos los visitantes. No hay nadie vigilando las obras, que están mal iluminadas y no se cuenta con un catálogo del contenido que se exhibe.

El único interés que hubo de parte del «gobierno» fue difundir la foto de la inauguración y luego poner una enorme placa de Moreno Valle a la entrada. Esa es la política cultural del morenovallismo.

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